CRISTO DE LA REDENCIÓN de la iglesia de Gracia ( No fue el titular de la antigua hermandad) |
ANTONIO PADIAL BAILÓN
El título de esta hermandad era el de Augusta y Venerable Hermandad de la Confraternidad de la Santísima Trinidad y Redención de Cautivos. Era una especie de orden tercera muy ligada a los trinitarios descalzos, que también formarían parte de la misma, en cuyo convento de Ntra. Sra. de Gracia se fundó en 1676.
Unos años antes, en 1673, el Papa Clemente X concedió una Bula expedida el día 3 de julio de ese año para que la orden trinitaria descalza, a través de sus padres generales, fundarán hermandades en sus diversos conventos dedicadas a la redención de cautivos.
Papa Clemente X |
En uso de esta facultad otorgada por la Santa Sede un grupo de diez devotos, sin duda apoyados por la comunidad trinitaria, a cuyo frente figuraban Francisco del Peral, Juan Valero y Francisco de la Cuadra, fundan la hermandad, solicitando del provisor y vicario general de la diócesis licencia para constituirla. A pesar del informe negativo del fiscal del arzobispado, el provisor Juan de Leyva la concede con fecha 6 de marzo de 1676.
“Dixo que atento a la pretensión de los dichos Francisco del Peral y consortes … al servicio de Dios y de su Stma. Madre y veneficio de los fieles cristianos, que están cavtivos en tierras de moros, la daba y la dio licencia para que puedan fundar y erigir la dicha Cofradía según la forma que se especifica y contiene en la Bulla de Su Santidad, con condición de que a de estar sujeta a la jurisdicción ordinaria, así para su visita, como para tomar quentas a los mayordomos y hermanos mayores" (1).
La anterior fecha era la de la licencia por parte del arzobispado, regido entonces por D. Francisco de Roig y Mendoza, pero la fundación por parte de la orden trinitaria se realizó un mes después, el día 12 de abril de 1676, seguramente por el Padre General de los trinitarios descalzos en uso de la bula citada y por escritura ante el escribano de número, D. José Bermúdez de Castro en el oficio y registro de D. Blas del Castillo.
La hermandad estaba formada por un número fijo de hermanos, que ascendía a la cifra de 84 "...a imitación de los doce Apóstoles y setenta y dos Discípulos de Christo Nuestro bien; los quales an de hacer Cuerpo de Hermandad, con los Religiosos de esta Comunidad..."(2). También había de haber 84 hermanas. En total la hermandad contaba con 168 miembros.
IGLESIA DE NTRA. SRA. DE GRACIA. La portada de la derecha era la entrada a la Capilla del Cristo de la Redención, hoy sacristía. |
ACERCA DE LA POSIBLE IMAGEN DEL CRISTO DE LA REDENCIÓN
La imagen del Cristo de la Redención, llevaba esta advocación desde el mismo momento que se entronizara, mediante una extraordinaria procesión para colocarlo en el primer convento en la calle del Osario ( la actual calle de Gracia). A ella acudió una enorme multitud y se portaron infinidad de luces, antorchas y hogueras encendidas por los vecinos, así como, fuegos de artificio y músicas de chirimías. Fue colocado el Crucificado junto a la Virgen de Gracia.
"Diósele al Santissimó Christo el tituló mas glorioso...llamándole el Santísimo CHRISTO de la REDEMPCION (cuyo Sagrado nombre conserva hasta el dia de oy) celebrandose el dia siguiente su colocación con una solemnissima fiesta" (3).
Con certeza no se sabe cual fue la imagen del Cristo de la Redención, titular de la hermandad, aunque en la iglesia existe un Crucificado al que tradicionalmente se le viene asignando con esta advocación. Sin embargo, pese a que ostenta el mismo título y algunas personas crean que fue el titular de la antigua hermandad objeto de este artículo, podemos afirmar que no fue la imagen a la que daba culto dicha Confraternidad.
La imagen del Cristo de la Redención que hoy se venera en la iglesia de Ntra. Sra. de Gracia se atribuye al círculo del arquitecto y escultor Diego de Siloé; por lo tanto, es imagen de los últimos tiempos del Renacimiento en su concepción manierista y la titular de la hermandad, por haberse realizado, como diremos más adelante, en la primera década del siglo XVII.
Este Crucificado, que hoy preside el altar mayor de la iglesia, recuerdo haberlo visto en mi adolescencia en los pies de la iglesia, entrado a la izquierda, colgado sobre el muro de la misma, y si no recuerdo mal, con el título de Cristo de la Agonía. Sin embargo, la Guía de Granada, de D. Antonio Gallego y Burín ya le asigna la advocación de Redención.
Para D. Miguel Córdoba Salmerón, en su libro sobre el citado convento, este Crucificado no pudo ser el titular de la hermandad de la Redención de Cautivos. Se basa en que, según el cronista de la orden, fray Juan de la Natividad, el retablo de la capilla de la Redención, realizado en mármoles por Granados de la Barrera, su portada no tiene la amplitud de dimensiones para que albergara una imagen de tan gran tamaño como es el actual Cristo de la Redención. Dicha portada de mármol hoy se conserva en la iglesia, colocada en el presbiterio como portada del camarín de la imagen de Ntra. Sra. de Gracia.
Portada del camarín de Ntra. Sra. de Gracia, que fue del retablo y camarín del Cristo de la Redención |
Otra teoría contraria a que el Crucificado que hoy está en la iglesia de Ntra. Sra. de Gracia no podría ser la antigua imagen del titular de la hermandad la ofrece D. Daniel José Carrasco de Jaime en su trabajo: El Santísimo Cristo Crucificado de la Redención de los Trinitarios Descalzos de Granada. Una obra inédita de Rojas hoy perdida (4).
Carrasco Jaime sostiene que el Cristo de la Redención era una obra del maestro escultor Pablo de Rojas, de la que no sabemos su actual paradero. Parte para elaborar su hipótesis del relato que realiza el cronista de la Orden fray Juan de la Natividad sobre la fundación del convento granadino, y más concretamente, cuando trata en su capítulo V "de la formación de la milagrosa imagen del Santísimo Cristo, venerada en este Real Convento de Granada".
Los Trinitarios Descalzos llegan a Granada en 1606, aunque la fundación de su convento no llegó a cuajar hasta unos años después, por la oposición del arzobispo D. Pedro de Castro y Quiñones (1589-1610).
Primeramente se establecen los trinitarios descalzos en la calle de Gracia, llamada entonces del Osario, realizando en el amplio portal de las casas la capilla del convento. Más tarde, compraron terrenos en el Pago de Jaragüí, dónde comenzaron en 1620 las obras de su segundo y definitivo establecimiento, el que con grandes modificaciones hoy conocemos. Al nuevo convento trasladaron las imágenes de la Virgen de Gracia y del Cristo de la Redención que estaban en su antiguo convento. Eran imágenes, por tanto anteriores a 1620.
Fray Juan de la Natividad relata como milagro de Ntra. Sra. de Gracia el encargo de la imagen del Cristo que "por gracia liberal y misericordia instó a un vecino de Granada para que por devoción y a sus expensas mandara hacer la talla o imagen de un Christo Crucificado de estatura perfecta" ( el vecino que costeó la imagen fue Alonso Pérez, según el libro del Protocolo del convento).
Y sigue fray Juan de la Natividad: "Executola un Escultor con tanto primor, y arte, que encarnado por Pedro
de Raxis, el Viejo, a quien llamaran el padre de la estofa, que siendo Imagen
de Nuestro Redentor muerto, le representa tan al vivo, que mueve a compunción,
y ternura".
Carrasco Jaime se basa en estos párrafos de Fray Juan de la Natividad, en los que no se dice el nombre del "Escultor", pero se refiere a él con mayúscula, como indicativo de que era un artista importante. Ello unido a que sí dice el nombre del estofador o encarnador de la imagen: Pedro de Raxis, sobrino de Pablo de Rojas y el que le realizaba las encarnaciones y estofa de sus imágenes, lo hace concluir que la imagen del Cristo de la Redención la realizaría el maestro Pablo de Rojas.
Por tanto, si nos atenemos a la deducción del Sr. Carrasco Jaime, el Crucificado que hoy está en la iglesia de Gracia, aunque lleve su advocación, no pudo ser el titular de la Confraternidad, pues es de época anterior a Raxis y a Pablo de Rojas (ya hemos afirmado que es obra del círculo de Diego de Siloé o sus discípulos).
La desechamos, además, porque según el actual párroco de Ntra. Sra. de Gracia, en el archivo parroquial, hay un documento en el que nos dice que este Crucificado procedía de la catedral; probablemente puede ser el Crucificado del siglo XVI, que Gallego y Burín dice en su Guía que se hizo para la bóveda de enterramientos de la catedral.
La imagen a la que se refiere fray Juan de la Natividad (al igual que la de Ntra. Sra. de Gracia), serían pues de los años en los que los trinitarios descalzos buscaban asentarse en Granada (1606- 1608), donde se instalaron en varias casas antes de su autorización oficial por el arzobispo D. Pedro Guerrero en 1610. En esos años, efectivamente, Pablo de Rojas trabajaba en su taller, pues murió en 1611.
La desechamos, además, porque según el actual párroco de Ntra. Sra. de Gracia, en el archivo parroquial, hay un documento en el que nos dice que este Crucificado procedía de la catedral; probablemente puede ser el Crucificado del siglo XVI, que Gallego y Burín dice en su Guía que se hizo para la bóveda de enterramientos de la catedral.
La imagen a la que se refiere fray Juan de la Natividad (al igual que la de Ntra. Sra. de Gracia), serían pues de los años en los que los trinitarios descalzos buscaban asentarse en Granada (1606- 1608), donde se instalaron en varias casas antes de su autorización oficial por el arzobispo D. Pedro Guerrero en 1610. En esos años, efectivamente, Pablo de Rojas trabajaba en su taller, pues murió en 1611.
De acuerdo con lo expuesto, la imagen la pudo realizar Pablo de Rojas y son consecuentes las deducciones que en este sentido realiza el Sr. Carrasco Jaime; no lo hace de manera categórica, porque sólo se manifiesta en la citada crónica el nombre del estofador. Sólo habría que oponer, a mi juicio, el hecho de que, si bien Pedro de Raxis encarnaba y estofaba las obras de su tío Pablo de Rojas, lógicamente, no sólo lo hizo con él, también estofó y encarnó obras de otros escultores y ensambladores de aquel tiempo, aunque de forma puntual (Gaviria, Navas o Alonso de Mena, que no tenían aun la fama de Rojas).
Partiendo de la premisa, muy probable, de que fuera el escultor el alcalaíno Rojas ¿Cual de sus imágenes hoy conocidas pudiera ser el antiguo Cristo de la Redención de Cautivos? Ésta debió de ser una imagen de Cristo muerto, como dice la crónica y de la época; que se dirige hacia el naturalismo barroco; con una de las orejas claramente descubierta, característica de Rojas, y que pueda tener relación con el convento de trinitarios descalzos de Ntra. Sra. de Gracia.
Hay un Crucificado de Pablo de Rojas que pudiera tener relación con los Trinitarios Descalzos, que dejaron el convento en agosto de 1835, suprimido por la exclaustración. Dicho Crucificado es el que se venera en una de las capillas del Seminario diocesano, sito en la zona de la Cartuja granadina.
El convento e iglesia habían sido vendidos a tres propietarios y convertido en almacén y otros usos, incluido el militar, hasta que en 1886 lo adquiere el arzobispado de Granada para instalar en él el seminario, sometiéndolo a importantes reformas, haciendo retornar a la iglesia determinadas imágenes, como la de la titular, Ntra. Sra. de Gracia, que se había llevado a la iglesia de la Magdalena, donde ya estaba , al menos, desde 1847 (5).
En la iglesia de la Magdalena (convento de agustinas), será donde se celebraban sus funciones y procesión de primeros de septiembre con asistencia del Ayuntamiento y de la Real Maestranza. Allí permanecerá la Virgen varias décadas, hasta el domingo, día 14 de octubre de 1888, en que con solemne procesión fue trasladada la imagen a su antigua iglesia (6), una vez restaurado el convento trinitario para servir de seminario.
Después, se construye en los años cuarenta del siglo XX, por mandato del Cardenal Parrado, el seminario mayor en la calle Ancha de Cartuja, y allí se pudiera haber llevado el Crucificado de Pablo de Rojas, que bien podría ser una de las imágenes del convento trinitario, que quedara en él, y concretamente, la del Cristo de la Redención.
Sin embargo, esta teoría tiene un significativo y lógico inconveniente: que las imágenes del convento trinitario de Gracia, fueron trasladadas principalmente a dos lugares muy concretos: la iglesia de la Magdalena, donde fueron a parar la Virgen de Gracia, el Señor del Rescate y la Virgen de los Dolores (estos dos últimos permanecen aun en la actual iglesia de la Magdalena, del convento del Corpus Christi,) y otra parte de imágenes y enseres se trasladaron al cercano Beaterio de Recogidas de Santa María Egipciaca, según un artículo de Esteban Ramírez, publicado en el periódico El Defensor de Granada en su número de 7 de septiembre de 1902. También treinta cuadros del convento trinitario se llevaron al Museo de Bellas Artes. En concreto, la imagen del Beato Juan Bautista de la Concepción, del escultor Manuel Gónzalez, también fue trasladada al Beaterio de Santa María Egipciaca (7).
Dos Crucificados de tamaño natural poseía este Beaterio antes de su demolición: el actual Cristo de los Favores, atribuido a Pablo de Rojas, que fue adquirido por su hermandad de penitencia en 1948 al citado Beaterio y otro Crucificado de mediados del siglo XVI que conservan las Carmelitas Misioneras en su colegio del Zaidín. Éstas adquirieron bastantes años antes de trasladarse a este barrio, el edificio del Beaterio y su iglesia de Recogidas.
De estos dos Crucificados procedentes del Beaterio de Santa María Egipciaca, sólo el de los Favores puede ser de la época en la que se realizara la imagen trinitaria del Cristo de la Redención, titular de la hermandad, y, asimismo, atribuida a Pablo de Rojas.
Planteo estas tres hipótesis sobre los Crucificados referidos, a la espera de otros documentos que puedan aparecer en el futuro que nos acerquen a la realidad de aquel Crucificado tan devoto, que con bastante certeza pudo realizar Pablo de Rojas y que recibió culto en la gran capilla de los pies de la iglesia de los trinitarios descalzos de Ntra. Sra. de Gracia.
De dichas tres hipótesis planteadas, quizá la que reúna, a mi juicio, más posibilidad de acercarse a la realidad de la imagen del que fuera Cristo de la Redención de Cautivos sea la del Santísimo Cristo de los Favores de Pablo de Rojas, que adquirió en 1948 al Beaterio de Santa María Egipciaca su hermandad de penitencia con sede en la iglesia de San Cecilio.
Terminado de construir el actual convento en 1635, a el se trasladó la Virgen de Gracia, el día 7 de septiembre de ese año, con enorme concurso de la nobleza de la ciudad a caballo, autoridades y recorrió el centro de la ciudad por Bibrambla, Zacatín, hasta la Real Chancillería para regresar al nuevo templo, pasando por San Antón. Sin embargo, el Cristo de la Redención se trasladó "...de secreto", según nos relata Fray Juan de la Natividad.
Terminado de construir el actual convento en 1635, a el se trasladó la Virgen de Gracia, el día 7 de septiembre de ese año, con enorme concurso de la nobleza de la ciudad a caballo, autoridades y recorrió el centro de la ciudad por Bibrambla, Zacatín, hasta la Real Chancillería para regresar al nuevo templo, pasando por San Antón. Sin embargo, el Cristo de la Redención se trasladó "...de secreto", según nos relata Fray Juan de la Natividad.
VIRGEN DE GRACIA |
La Capilla
La imagen trinitaria del Cristo de la Redención no tuvo hermandad conocida hasta 1696, cuando de funda la Confraternidad de la Santísima Trinidad y Redención de Cautivos, es decir, unos cien años después que la realizara su escultor, años en los que iría acumulando devoción.
Los frailes trinitarios descalzos cederían la imagen del Crucificado de la Redención a esta hermandad impulsada por ellos, y también su capilla de considerables dimensiones, probablemente donde la imagen se estuviera venerando desde la finalización del templo en julio de 1635. Por ello, la Confraternidad no podía abandonar el convento; si bien, estaba sometida a la jurisdicción ordinaria, es decir, a la del arzobispado de Granada.
La llave de la capilla estaba en poder del prior y del ministro de la hermandad "en señal de possesión que tienen en dicha capilla, y la a de poder abrir y cerrar cada y quando que le pareciere", además la Confraternidad debería "enlucirla, labrar la Bóveda, y entierros, hacerla retablo, abrirla ventanas, pintarla, y adornarla con todos los ornamentos que gustare".
La llave de la capilla estaba en poder del prior y del ministro de la hermandad "en señal de possesión que tienen en dicha capilla, y la a de poder abrir y cerrar cada y quando que le pareciere", además la Confraternidad debería "enlucirla, labrar la Bóveda, y entierros, hacerla retablo, abrirla ventanas, pintarla, y adornarla con todos los ornamentos que gustare".
La capilla, hoy sacristía del templo, contaba con entrada propia por el atrio o lonja de la iglesia, ocupando los tres primeros módulos de la derecha o de la Epístola, desde la entrada del templo. Estaba, según el cronista de la Orden, cubierta de frescos, "donde el pincel hizo lienço de las bruñidas paredes" y contenía un gran cuadro de Atanasio Bocanegra, que representaba la Expiración de Jesucristo, situado en un altar frente a los arcos de la capilla que daban a la nave de la iglesia.
El de la izquierda lo regaló a la catedral. Puede ser el del Museo
Presidiendo el testero de la capilla estaba el retablo de jaspes o mármoles con el Cristo de la Redención, que realizara para la hermandad el arquitecto egabrense José Granados de la Barrera a finales del siglo XVII, como obligación impuesta en el acuerdo de cesión de la capilla, y cuya portada, como se ha dicho, hoy está colocada en el presbiterio de la iglesia, enmarcando el camarín de la Virgen de Gracia. En el mismo retablo, a ambos lados de Crucificado, estaban las imágenes de los fundadores de la Orden San Juan de Mata y San Félix de Valois.
Es posible que esta última pareja de los Santos Juan de Mata y Félix de Valois, realizada por Bernardo de Mora fueran las mismas que el cronista de la Orden, Juan de la Natividad viera en el retablo del Cristo de la Redención, colocadas allí cuando se hiciera dicho retablo de jaspes, pues son las únicas dos parejas de los santos con que contaba la iglesia, según el testimonio de los pintores citados.
Los tres módulos que correspondían con la capilla de la Redención |
Tal era la devoción a la imagen, que la capilla estaba repleta de exvotos colgados por los fieles, que cubrían las paredes y el techo, seguramente colocados, asimismo, por los cautivos que regresaron libres de su cautiverio en el norte de África.
También en la capilla estaba la imagen de Ntro. Padre Jesús del Rescate. Posiblemente, fue la hermandad la que encargaría al escultor Diego de Mora, al que hoy se le atribuye la imagen. Fue entronizada en la capilla de la Redención en marzo de 1718 y colocada en una hornacina dentro de ella, situada sobre la escalera que conducía a la bóveda de enterramientos de los hermanos. Aun hoy se aprecia en el muro de la sacristía (antigua capilla de la Redención) la señal de la hornacina en la que estuvo el Señor del Rescate.
Procesiones y cultos
La fiesta principal de la hermandad se celebraba el día de la Santa Cruz, 3 de mayo, aunque en 1710 se acordó que se celebrara el día 4, de ahí en adelante. Es posible que la proliferación de fiestas de hermandades ese significativo día determinara la decisión de cambiarla. Como era costumbre en la mayor parte de las hermandades de esos tiempos, ese día o los inmediatos terminaría el curso anual con el cabildo de elecciones, para elegir nueva junta de gobierno, que parece que la presidía un fraile trinitario con el título de ministro de la hermandad, en lugar de hermano mayor.
También los acuerdos de la hermandad debían de presentarse a la aprobación o supervisión del Ministro, del Prefecto del convento y consiliarios de la confraternidad. Ello denota que era una hermandad muy controlada por la orden trinitaria, lo que determinaría un carácter muy similar al de la ordenes terceras; incluso en la obligación de visitar a los confraternos enfermos deberían de ir dos frailes del convento, junto con dos hermanos.
El Papa Paulo V concedió indulgencia plenaria a los hermanos confraternos el día que recibían el Santo Escapulario de la confraternidad confesados y comulgados, y otras indulgencias a la hora de la muerte, y a los que asistiesen con luces el día del entierro; a los que asistiesen a la procesión del Escapulario o fueren a redimir cautivos a tierras de infieles y otras muchas más indulgencias concecidas por Clemente X (10).
San Juan Bautista de la Concepción |
La hermandad realizaba los terceros domingos de cada mes, junto con la comunidad de trinitarios, las llamadas procesiones de Escapulario; los miércoles de Ceniza habrían de imponérsela los hermanos y asistir Domingo de Ramos a llevar las palmas y ramos de olivo, y los Jueves y Viernes Santos a la comunión general, adoración de la Cruz y a la procesión, probablemente claustral, en la que habían de llevar el palio y el estandarte de la Redención. El ministro o hermano mayor debía en las procesiones ir a la izquierda del prior o prelado del convento (11).
En la capilla se celebrarían los funerales del los hermanos difuntos, cuyo féretro era recibido a las puertas de la iglesia por toda la comunidad trinitaria de descalzos que era portado hasta el interior por seis frailes y seis hermanos, para colocarlo el el túmulo y enterrarlo en la bóveda, bajo la capilla, después del funeral. Aunque el cadáver no se enterrara en la misma, el finado tenía derecho a una misa cantada y ochenta y cuatro rezadas o menos, si en el momento el número de hermanos era menor de esa cifra.
La hermandad estaría ya muy decaída a finales del siglo XVIII, teniéndose noticias del último enterramiento en la bóveda de la capilla en 1795, que correspondió al hermano José Fernández, capitán de un regimiento militar (12).
A partir de ese momento, no se tienen noticias de la hermandad, lo que no quiere decir que ésta no siguiera perdurando durante los primeros años del siglo XIX. Seguramente, con la ocupación francesa y la expulsión de los frailes que por ella se produjo, la hermandad, falta de hermanos y de las finalidades que la había llevado a constituirse, es decir, la redención de cautivos, no llegara a restaurarse después de la Guerra de la Independencia.
A partir de la exclaustración de los frailes, tal vez antes, desde la ocupación francesa, no se tienen mas noticias de la hermandad de cautivos.
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2. CÓRDOBA SALMERÓN. Miguel, Las Órdenes Religiosas y el Arte Barroco. Patrimonio de los Trinitarios Descalzos de Granada. pág. 98. Colección Monográfica. Arte y Arqueología. 2003. Universidad de Granada. ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL, libro del clero 3.682, Protocolo del Convento de Nuestra Señora de Gracia, pág.178.
3. DE LA NATIVIDAD, Fray Juan, "Coronada Historia...", pág. 108.
4. Alonso Cano. Revista Andaluza de Arte, nº 21 .
5. Diario de Granada de 9 de septiembre de 1847 y El Intermedio de 9 de septiembre de 1849.
6. Periódico El Popular de 11 de octubre de 1888.
7. Boletín del Centro Artístico de 20 de junio de 1887 y Diario El Popular de 22 de diciembre de 1888.
8. ARCHIVO HISTÓRICO DEL ARZOBISPADO DE GRANADA, legajo 36 f,
9. El citado archivo, legajo 37 f, pieza nº 6.
10. DE LA NATIVIDAD, Fray Juan, "Coronada Historia...", págs. 267 y 268.
11. CÓRDOBA SALMERÓN. Miguel, Opus cit. pág. 123.
12. Ibídem, pág. 125.
3. DE LA NATIVIDAD, Fray Juan, "Coronada Historia...", pág. 108.
4. Alonso Cano. Revista Andaluza de Arte, nº 21 .
5. Diario de Granada de 9 de septiembre de 1847 y El Intermedio de 9 de septiembre de 1849.
6. Periódico El Popular de 11 de octubre de 1888.
7. Boletín del Centro Artístico de 20 de junio de 1887 y Diario El Popular de 22 de diciembre de 1888.
8. ARCHIVO HISTÓRICO DEL ARZOBISPADO DE GRANADA, legajo 36 f,
9. El citado archivo, legajo 37 f, pieza nº 6.
10. DE LA NATIVIDAD, Fray Juan, "Coronada Historia...", págs. 267 y 268.
11. CÓRDOBA SALMERÓN. Miguel, Opus cit. pág. 123.
12. Ibídem, pág. 125.
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