Ntra. Sra. de la Consolación en un triduo dedicado por su grupo parroquial. Septiembre 2013.
HERMANDAD DE NTRA. SRA. DE LA
CONSOLACIÓN: Ntra. Sra. de la Consolación en un triduo dedicado por su grupo parroquial. Septiembre 2013.
HERMANDAD DE NTRA. SRA. DE LA
su fundación, desaparición, capilla e imagen.
Antonio Padial Bailón
Un gran desarrollo tuvo en Granada la devoción a Nuestra Señora de la Consolación, asociada a la Orden de San Agustín, tanto en sus conventos masculinos como en los femeninos. También proliferó esta devoción fuera de esos ámbitos agustinos, como en la ermita de San Juan de Letrán con una devota hermandad se mantenía aún con vida en 1960. Otra hermandad se fundó en el convento de la Merced, inmediato a la iglesia de San Ildefonso y cerca de la Puerta de Elvira ( tal vez esta fuese la misma hermandad que la de la ermita de San Juan de Letrán, que aquí se trasladara).
En este trabajo nos vamos a referir a la hermandad de Ntra. Sra. de Consolación que se fundó en el convento de San Francisco "Casa Grande", asociada a la hermandad de la Santa Vera Cruz, y la única de las hermandades granadinas de Consolación que tenía una actividad penitencial en la Semana Santa de la antigüedad.
La hermandad, en forma de Esclavitud de Ntra. Sra. de la Consolación, se funda en el seno de la hermandad de la Vera Cruz y por hermanos de ella de origen gallego.
La fundación
En este trabajo nos vamos a referir a la hermandad de Ntra. Sra. de Consolación que se fundó en el convento de San Francisco "Casa Grande", asociada a la hermandad de la Santa Vera Cruz, y la única de las hermandades granadinas de Consolación que tenía una actividad penitencial en la Semana Santa de la antigüedad.
Convento de San Francisco. Antigua Capitanía, hoy sede del Madoc.
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La fundación
Esta antigua hermandad y devoción granadina se remonata al último cuarto del siglo XVII, con la ineresante peculiaridad de su doble carácter letífico y penitencial. No era la única con esta dualidad de carácter en Grannada, también lo tenían la Hermandad de Nuestra Señora de la Encarnación, de negros y mulatos, sita en la antigua iglesia de los Santos Justo y Pastor, cuando esta se encontraba en la actual placeta de la Encarnación; la del Santo Crucifijo y Ánimas del Purgatorio, cuya imagen mariana llevaba el título, también, de Nuesttra Señora de la Encarnacíon, sita en el Convento de Santa Cruz la Real (Santo Domingo), aunque con este título mariano aparece de forma tardía, en el siglo XVIII. Ya en ese siglo no se tiene noticia de que realizara estación de penitencia.
La Hermandad de Ntra. Sra. de Consolación del Convento de San Francisco "Casa Grande"se funda mediante una escritura pública firmada el día 21 de abril de 1677. En dicho documento intervino el hermano mayor de la Archicofradía de la Vera Cruz, Juan Gallardo, alguacil de corte la Real Chancillería, y el mayordomo, Juan de Santa María, así como, un grupo de hermanos de la Vera Cruz de origen gallego, éstos eran: Baltasar Gutiérrez, Benito de la Torre, Francisco de Ávila, Gerónimo de Zepes, Mateo Sanager, Francisco Andrés Martínez, Pablo Sánchez del Águila, Bernabé González del Campo, Domingo González de Castro, Domingo de Gude, Juan de Hermo, Juan Torredo, Benito Vázquez, Albertos García, Pablo Lariño, Pedro Piñeiro, Álvaro Rodríguez, Benito de Márquez, Pedro Dirién, Domingo de Otero, Pedro Castañeda, Domingo del Ojo, Benito de Fraga, Andrés Pequeño y Gregorio Trillo (1).
En ese documento público se dicen como motivos de la erección:
“…para bien servir a Dios Ntro Señor y deboción de su bendita madre Ntra Sra de Consolación, que está en la dicha capilla (de la Vera Cruz), tenían inbento de obligarse a sacar a su Divina Magestad (la Virgen) todos los años en el Juebes Santo con la cera y demás gastos que fueran necesarios, incorporada en el sitio y lugar que le pertenece en la procesión de penitencia(…) que sacan por las calles desta ciudad, cuio título es la procesión de la santa bera cruz y san Juan de Letrán (...)que lo referido es en beneficio de la Birgen Stma. y aumento de la dicha cofradía an tenido por bien que se aga la dicha obligación por las dichas personas (…)” y “(...)en su obligación sacarán el dicho paso de Nuestra Señora de Consolación en la dicha procesión del Juebes Santo en la tarde, incorporada en la dicha procesión de la Santa Bera Cruz que sale del dicho conbento con la zera que les pareciere según su deboción y si les pareciere hacer qualquier fiesta a Ntra. Sra. qualquier día del año lo an de poder hacer. Y por lo que toca a sacar el dicho paso de nuestra Señora el Juebes Santo en la tarde se ha de poder executar y apremiar con esta escriptura (…)” y “(...)el dicho hermano maior y mayordomo y hermanos les dieron las gracias a los susodichos por la deboción que manifiestan tener a la dicha Santa Ymagen y se obligan a entregarla a los susodichos el dicho Juebes Santo para que baya en la dicha prozesión y no a otras (…)”.
De estos párrafos de la escritura se deducen los siguientes conclusiones: 1º) Que los hermanos de origen gallego de la Vera Cruz, con los directivos de esta hermandad, acuerdan dar un culto especial a la imagen de Ntra. Sra. de Consolación, creando el 21 de abril de 1677, una hermandad, que podríamos entender como filial, que la procesionaría el Jueves Santo, dentro de la procesión de la Vera Cruz. 2º) Que la imagen era propiedad de la hermandad de la Vera Cruz, que la prestaba a estos hermanos gallegos, para ese culto y procesión. Años después se promovería un pleito entre ambas hermandades sobre la propiedad de la imagen e independencia de la Consolación de su matriz la Vera Cruz. 3º) Que la imagen, en principio, se le venía dando culto, desde años anteriores, en la capilla de la Vera Cruz, por lo que su antigüedad parecer ser anterior a 1677.
Unos meses después, el 13 de Julio de 1677, la hermandad de Consolación relata en su primer libro de actas, que comienza ese día, que era su primer hermano mayor el mayordomo de la Vera Cruz, don Juan de Santa María y el mayordomo de esta nueva filial, Gerónimo de Trillo, siendo su primer secretario Gerónimo González. Sin embargo, no consiguió aprobar su Regla y Constitución por el Provisor y Vicario de la diócesis, hasta el siguiente año de 1678. Esto era normal en las hermandades, que primero se constituyeran como contrato entre hermanos y después se aprobara por la autoridad eclesiástica.
En el capítulo 20 y último de la Regla se dice que esta fue hecha y ordenada por los hermanos en el cabildo de 27 de julio de 1678, poco más de un año después de haberse fundado la hermandad. Después, en 1683, se le añadieron a la Regla seis capítulos [2].
Libro de Reglas de la Hermandad de Consolación |
La hermandad va a tratar de buscar desde ese momento cierta independencia de la de la Vera Cruz, incluso físicamente, pues se establece en otra capilla colindante, situada en el acceso a gran capilla de Vera Cruz, desde el interior del templo de San Francisco. Para ello, consigue la cesión de una capilla propiedad de la familia Altamirano. A esta cesión se alude en el citado libro de actas, que comienza con una declaración en la que se manifiesta que la hermandad “se sirve en el Seráfico conbento de nuestro Padre San Francisco, casa grande, de esta ciudad en la capilla de la Santa Bera Cruz y en la que en dicha capilla está incorporada la de Ntra. Sra. de la Consolación…” y continúa: “... de dicha capilla nos hizo donación Dn. Gregorio Altamirano, patrón de dicha capilla, ante dn. Juan de Padilla, escribano del nº de esta ciudad”.
La gran capilla de Vera Cruz estaba situada, ocupando parte de la actual Plaza de los Tiros y del solar del edificio de restaurante “Alhacena de las Monjas”, detrás tenía la casa de los Ballesteros, que aún subsiste. La gran capilla de la Vera Cruz era por sus dimensiones un verdadero templo adosado al de San Francisco, situándose éste en las, hoy, dependencias del Madoc (antigua Capitanía General). Los claustros del convento, hoy subsistentes, están frente a la Placeta de las Descalzas.
Plano del Convento.Ubicación de la Capilla de Consolación |
La capilla de Ntra. Sra. de la Consolación, llevaba la advocación de Santa Ana, y era propiedad de la familia Altamirano y Céspedes-Patiño, “Señor de la Villa de Alhendín y la Malá”, que la cede a la Hermandad de la Consolación en un momento cercano a su fundación, bajo la formalidad de escritura pública.
La situación exacta de la capilla la dan varios documentos: la regla 4ª de sus constituciones nos dice “…que es la que Dn Gerónimo Altamirano nos dio para fundar Nuestra Hermandad de Consolación, que llaman de mi Señora Santa Ana, que está en la capilla de nuestra Señora de la Concepción, entrando por ella, la segunda a mano izquierda…”. Esta de la Concepción, estaba a los pies del templo de San Francisco, lindando con la gran capilla de la Vera Cruz, que por ese lugar estaba adosada al templo franciscano.
Por otra parte, en el libro de actas se dice que la capilla de Consolación “está arrimada a la capilla de la Bera Cruz”, y otro documento se refiere a que[3]“…la capilla de la señora Santa Ana (Consolación), que está en la dicha iglesia del Señor San Francisco, que tiene dos puertas de reja, que la una dellas sale a la dicha capilla de la Santa Vera Cruz, y la otra a la de Nuestra Señora de la Concepción…”. De esto deducimos que estuvo a los pies de la Capilla de la Vera Cruz, integrada en ella, por una puerta de reja salía a la de la Vera Cruz y, otra, que daba a la Capilla de la Concepción.
Dicha capilla la había heredado de un antepasado, D. Juan de Cuellar Aranda, veinticuatro que fue de Granada y de Dª. María de Cuellar, mujer de Cristóbal de Esquevas, y que con ciertos bienes la agregaron al mayorazgo que fundó Baltasar de Cuellar en virtud de facultad del Emperador Carlos V.
La cesión se hacía con la condición de que se mantuviera el título de Santa Ana para la capilla; que los propietarios habían de tener llave de ella; que las mejoras se incorporarían a su fábrica; que en su bóveda se enterrarían los hermanos, pero no otras personas, salvo “condecoradas” y con licencia del propietario, so pena de desenterrarlas y multa de 4 ducados; que se habrían de poner de pintura o mármol el escudo y armas de los Altamiranos, sin taparlos nunca.
También en los libros de cuentas de la Vera Cruz se refleja, que en esos años, la hermandad de la Consolación paga 55 reales de “propina” a la capilla de la Vera Cruz por salir en su procesión.
La situación exacta de la capilla la dan varios documentos: la regla 4ª de sus constituciones nos dice “…que es la que Dn Gerónimo Altamirano nos dio para fundar Nuestra Hermandad de Consolación, que llaman de mi Señora Santa Ana, que está en la capilla de nuestra Señora de la Concepción, entrando por ella, la segunda a mano izquierda…”. Esta de la Concepción, estaba a los pies del templo de San Francisco, lindando con la gran capilla de la Vera Cruz, que por ese lugar estaba adosada al templo franciscano.
Por otra parte, en el libro de actas se dice que la capilla de Consolación “está arrimada a la capilla de la Bera Cruz”, y otro documento se refiere a que[3]“…la capilla de la señora Santa Ana (Consolación), que está en la dicha iglesia del Señor San Francisco, que tiene dos puertas de reja, que la una dellas sale a la dicha capilla de la Santa Vera Cruz, y la otra a la de Nuestra Señora de la Concepción…”. De esto deducimos que estuvo a los pies de la Capilla de la Vera Cruz, integrada en ella, por una puerta de reja salía a la de la Vera Cruz y, otra, que daba a la Capilla de la Concepción.
Dicha capilla la había heredado de un antepasado, D. Juan de Cuellar Aranda, veinticuatro que fue de Granada y de Dª. María de Cuellar, mujer de Cristóbal de Esquevas, y que con ciertos bienes la agregaron al mayorazgo que fundó Baltasar de Cuellar en virtud de facultad del Emperador Carlos V.
La cesión se hacía con la condición de que se mantuviera el título de Santa Ana para la capilla; que los propietarios habían de tener llave de ella; que las mejoras se incorporarían a su fábrica; que en su bóveda se enterrarían los hermanos, pero no otras personas, salvo “condecoradas” y con licencia del propietario, so pena de desenterrarlas y multa de 4 ducados; que se habrían de poner de pintura o mármol el escudo y armas de los Altamiranos, sin taparlos nunca.
También en los libros de cuentas de la Vera Cruz se refleja, que en esos años, la hermandad de la Consolación paga 55 reales de “propina” a la capilla de la Vera Cruz por salir en su procesión.
1ª página del Libro de Reglas |
Parece que pocos años después la hermandad realiza para la Virgen un retablo, pues en una escritura pública que ésta otorga en mayo de 1681, siendo hermano mayor Alonso Blanco de Castro y mayordomo Francisco García, se contrata el dorado del retablo de la Virgen y sus candelabros, que se contrataron por 3.450 reales más 50 del “agasajo”. De la escritura también se deduce la situación de la capilla, pues dice que la Virgen “(…) está en la capilla que tiene salida a la de la Santa Vera Cruz, cuia ermandad sirven los gallegos". Lo que confirma la ubicación que antes hemos descrito: al entrar a la capilla de la Vera Cruz desde la iglesia de San Francisco, concretamente desde la Capilla de la Concepción de esta iglesia.
El dorado del retablo, que se contrató con el maestro dorador y estofador Manuel de Villaquirán, estaba terminado el 21 de noviembre de 1681, fecha en que dicho maestro otorgó carta de pago por la cantidad antes citada [4].
En la procesión de Jueves Santo
La actividad procesional de la hermandad comenzó de forma inmediata a su fundación, aunque parece que la hermandad de la Vera Cruz ya sacaba a la Virgen en su procesión antes de fundarse la hermandad de la Consolación. Así, en 1678, solicita licencia al Provisor y Vicario General, para pedir limosnas para hacer unas andas procesionales y para dorar el retablo.
La Virgen de Consolación, no era una imagen de Dolorosa, sino de gloria (actualmente, como se dirá mas adelante, la hemos identificado). En Semana Santa se le quitaba el Niño y se la vestía con saya y manto de color negro para la procesión del Jueves Santo. No era la única en las hermandades de penitencia granadinas; la Virgen de la Encarnación, titular de la cofradía de los negros y mulatos, era también una imagen letífica, se la vestiría de dolorosa, para su procesión de penitencia.
Retablo de Ntra Sra. de Consolación |
Por un acta del cabildo de 30 de marzo de 1687, sabemos que las horquillas que llevaban el paso de Dolorosa de la Virgen de Consolación se repartían entre los hermanos por medio de subasta. Las andas procesionales eran sencillas, pues sólo contaban con cuatro horquillas, que se subastaron por la elevada cantidad de 150 reales, y un palio, de los llamados de respeto, cuyas ocho varas, también se subastaron en menor cantidad (30 y 40 reales). De la misma manera, se subastaban los dos ciriales que acompañaban a la Virgen en 40 reales. También poseía la hermandad 72 hachas de cera, que normalmente sería el número de hermanos que la acompañaban, guardadas en arca especial y que se utilizarían para la procesión. El mayordomo rendía cuentas el Domingo de Cuasimodo, el siguiente al de Resurrección.
Sobre Ntra. Sra. de Consolación se conserva un grabado de 1784 de Manuel Jurado, grabador que vivía en la calle de Elvira, que hizo también el conocido grabado de Jesús de las Tres Caídas. Eran mayordomos Dionisio Mariño y Melchor Antelo.
En el capítulo cuarto de su Regla se determinaba que la fiesta o función de Ntra. Sra. de la Consolación se haría con toda solemnidad el primer domingo del mes de julio con misa cantada, diáconos, sermón, procesión y música. También, en el mes de noviembre, se debía de decir una misa solemne “(…) por los hermanos difuntos con su túmulo, lo más inmediato que se pudiere a nuestra capilla (...)”. La hermandad, asimismo, contaba con otras 30 hachas de cera para acompañar a los entierros de hermanos difuntos, guardadas en una segunda arca.
Archivo de la Casa de los Tiros |
La Hermandad en el siglo XIX
Hasta ahora, no sabíamos que había sucedido con la hermandad de Ntra. Sra. de la Consolación, ni si había traspasado los umbrales del siglo XIX, pero la existencia de unos documentos en el archivo arzobispal nos confirman que dicha hermandad llegó a tener vida, al menos, hasta 1832 y, seguramente, algunos años después. Su procesión de penitencia en la Semana Santa, probablemente, hacía años que no la realizaba, encontrándose separada, como en cierto modo pretendían desde antiguo, de su matriz la Hermandad de la Vera Cruz.
También sabemos ahora, que la hermandad abandonó con su imagen la capilla del convento de San Francisco, antes de la desamortización y exclaustración de sus frailes, pues la encontramos en la iglesia de San Matías en 1814, y con toda probabilidad, desde 1810, año en que se demolió la iglesia de San Francisco y la capilla de la Vera Cruz por las tropas de Napoleón y utilizaron sus sillares como cantera para otras obras de la ciudad.
Iglesia Imperial de San Matías |
Esa fecha de traslado a San Matías nos la daban las actas de la hermandad que encontré en el archivo Arzobispal y era la fecha con la que contaba cuando se realizó este artículo en diciembre de 2012, que ahora se actualiza.
Sin embargo, en fecha reciente, el grupo parroquial de Ntra. Sra. de la Consolación en la iglesia de San Matías, dirigido por don Emilio Martos Marín, que desde el año 2013 está intentando recuperar y consolidar el culto a esta imagen, advirtió que en la reja de la inmediata capilla de San José reza una inscripción con la leyenda siguiente: "Hermandad de Ntra.Sra. de Consolación 1804".
Este hallazgo nos decía que, evidentemente, la capilla donde la hermandad se residenció cuando cambió de sede a la iglesia de San Matías no era en la que le ha venido dando culto y donde la hemos conocido (parece que a esta la mudaron hacia 1906), sino la capilla donde se daba culto a la imagen de San José. Probablemente allí se trasladó la hermandad de San José cuando desapareciera la hermandad de Consolación.
Esta evidencia indujo al citado grupo parroquial a conseguir del párroco el permiso para trasladar a Ntra. Sra. de la Consolación a la capilla que todo hacía suponer había sido la de su hermandad. Allí se le han tributado los cultos últimos de septiembre de 2015.
Pero ha habido un último descubrimiento que reafirma que dicha capilla había sido la de Ntra. Sra. de la Consolación en la iglesia de San Matías; al preparar la capilla para el traslado de la Virgen detrás del retablo se ha encontrado una lápida en jaspe gris con la inscripción siguiente:
"Se renobó esta capilla de Nuestra Señora de Consolación, siendo Hermano Mayor Joseph de Sebes y Mayordomo Pedro Antelo. Año de 1797".
De forma inmediata el Sr. Martos Marín tuvo la amabilidad de avisarme del hallazgo de las inscripciones y en ese sentido ampliar con nuevos datos este artículo.
Todo nos indica que la hermandad no pasó a la iglesia de San Matías por los avatares políticos de la Guerra de la Independencia o la posterior exclaustración de frailes del convento de San Francisco, que afectó a tanta hermandades que llegaron a extinguirse, sino que tuvo que ser un acontecimiento o motivo de otro carácter. Quizás el afán de independizarse de la Hermandad de la Vera Cruz o el estado precario con que ésta llegara a finales del siglo XVIII - la última noticia que se tiene de su estación de penitencia fue la que realizó en 1795- pudo ser la causa del traslado de la hermandad de Consolación a la parroquia en cuya jurisdicción estaba el convento franciscano, es decir, la de San Matías.
Por las inscripciones halladas, una de 1804 y otra de 1797, se nos dice que en esas fechas ya estaba la hermandad en la citada parroquial y la última fecha, en la que se renovó o acondicionó la capilla sería la fecha del traslado. Con ella pasaría en 1797 su retablo realizado en 1681.
Probablemente la hermandad llegó a San Matías en decadencia. Las penosas vicisitudes que había pasado la hermandad de los gallegos a la entrada del siglo XIX, se deducen del libro de cargo y data de la cofradía en el que se dice, que en 1814 la hermandad contaba sólo con 27 hermanos, siendo por sus apellidos la mayor parte de origen gallego, como Batallán, Doval, Do Campo, Blanco, Nepueira…etc. Se había mantenido hasta los últimos tiempos de la hermandad el origen étnico de la mayor parte de sus hermanos.
Sin embargo, en fecha reciente, el grupo parroquial de Ntra. Sra. de la Consolación en la iglesia de San Matías, dirigido por don Emilio Martos Marín, que desde el año 2013 está intentando recuperar y consolidar el culto a esta imagen, advirtió que en la reja de la inmediata capilla de San José reza una inscripción con la leyenda siguiente: "Hermandad de Ntra.Sra. de Consolación 1804".
Este hallazgo nos decía que, evidentemente, la capilla donde la hermandad se residenció cuando cambió de sede a la iglesia de San Matías no era en la que le ha venido dando culto y donde la hemos conocido (parece que a esta la mudaron hacia 1906), sino la capilla donde se daba culto a la imagen de San José. Probablemente allí se trasladó la hermandad de San José cuando desapareciera la hermandad de Consolación.
Esta evidencia indujo al citado grupo parroquial a conseguir del párroco el permiso para trasladar a Ntra. Sra. de la Consolación a la capilla que todo hacía suponer había sido la de su hermandad. Allí se le han tributado los cultos últimos de septiembre de 2015.
Pero ha habido un último descubrimiento que reafirma que dicha capilla había sido la de Ntra. Sra. de la Consolación en la iglesia de San Matías; al preparar la capilla para el traslado de la Virgen detrás del retablo se ha encontrado una lápida en jaspe gris con la inscripción siguiente:
"Se renobó esta capilla de Nuestra Señora de Consolación, siendo Hermano Mayor Joseph de Sebes y Mayordomo Pedro Antelo. Año de 1797".
De forma inmediata el Sr. Martos Marín tuvo la amabilidad de avisarme del hallazgo de las inscripciones y en ese sentido ampliar con nuevos datos este artículo.
Todo nos indica que la hermandad no pasó a la iglesia de San Matías por los avatares políticos de la Guerra de la Independencia o la posterior exclaustración de frailes del convento de San Francisco, que afectó a tanta hermandades que llegaron a extinguirse, sino que tuvo que ser un acontecimiento o motivo de otro carácter. Quizás el afán de independizarse de la Hermandad de la Vera Cruz o el estado precario con que ésta llegara a finales del siglo XVIII - la última noticia que se tiene de su estación de penitencia fue la que realizó en 1795- pudo ser la causa del traslado de la hermandad de Consolación a la parroquia en cuya jurisdicción estaba el convento franciscano, es decir, la de San Matías.
Por las inscripciones halladas, una de 1804 y otra de 1797, se nos dice que en esas fechas ya estaba la hermandad en la citada parroquial y la última fecha, en la que se renovó o acondicionó la capilla sería la fecha del traslado. Con ella pasaría en 1797 su retablo realizado en 1681.
Retablo que pudo ser el que la hermandad traería del Convento de San Francisco "Casa Grande". |
Probablemente la hermandad llegó a San Matías en decadencia. Las penosas vicisitudes que había pasado la hermandad de los gallegos a la entrada del siglo XIX, se deducen del libro de cargo y data de la cofradía en el que se dice, que en 1814 la hermandad contaba sólo con 27 hermanos, siendo por sus apellidos la mayor parte de origen gallego, como Batallán, Doval, Do Campo, Blanco, Nepueira…etc. Se había mantenido hasta los últimos tiempos de la hermandad el origen étnico de la mayor parte de sus hermanos.
Parece que la actividad cultual y procesional (aunque no en Semana Santa) se mantenía, no obstante, con un octavario a las ánimas y una función religiosa a la Virgen “con música de tambor y pito” o de la Capilla Real, cantores, colgaduras, juncia del campo para el suelo y adorno de las gradas, donde se haría el altar de cultos, y profusión de cera y, asimismo, procesión, probablemente el día de la función.
Ntra. Sra. de Consolación en San Matías
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Hacia 1827, tal vez en recuerdo de su antigua actividad penitencial, hay en el libro un gasto de cera de seis cirios que se pusieron a la Virgen el Jueves y Viernes Santos. También, ese año de 1827, siendo mayordomo José Cazorla, se hacen gastos en una peluca nueva para la imagen, se arreglan sus las pulseras, el rostrillo y “de limpiar y gobernar el corazón”, probablemente de plata, que se le pondría en el pecho. También se mantenía la procesión (parece que no se celebraba en Semana Santa) pues hay gastos anotados de llevar y traer las andas y horquillas.
En 1829, puede que la hermandad tuviera dificultades económicas, ya que se da autorización al mayordomo para que venda todos los vestidos de la Virgen y del Niño:
“exceptuando solamente los cuatro vestidos enteros, el uno de “galu”, otro morado, otro de terciopelo negro con franja de plata (seguramente el que le ponían en Semana Santa), y el que tiene puesto. Y otros tantos para el Niño y los dos rostrillos y que dichos bienes están en casa de los mayordomos”.
En la pieza 22 del legajo citado, existen documentos de la hermandad hasta el año 1833 en que era mayordomo Antonio San Martín, así como, diversas cartas de pago del “censo de la abuela” por una casa que poseía la hermandad en la Calle de la Cerrajería y un requerimiento del comisario de apremios al mayordomo “Antonio San Martín, mayordomo de la Hermandad de los Gallegos, antes de Consolación en San Francisco y ahora en San Matías, para que pague 124 reales por el censo de la Abuela que debe por fin de 1832 y los costos, de la casa nº 30 manzana 565 que hace esquina calle de Benamar en el Zacatín”.
De todo ello se deduce la difícil situación por la que atravesaba la hermandad en los años treinta del siglo XIX, que parece que pudo marcar su fin. Sin embargo, la Virgen de Consolación seguiría teniendo devoción en San Matías hasta hace pocas décadas. En 1853 se funda una asociación de señoras llamada Corte de María, que acudía cada día del mes a tributar culto a diversas imágenes de la Virgen, correspondiendo a la Virgen de Consolación en San Matías, el día 18 de cada mes. De esta asociación devota tengo referencia de sus últimas actuaciones de culto a la Virgen de Consolación en 1942, probablemente haya perdurado algunos años más.
La imagen, que es de vestir con el Niño en brazos, permanece en San Matías, sede de la hermandad en su última etapa y en un retablo barroco, fuera de las capillas de la iglesia, a la izquierda del altar mayor.
Actualmente se ha trasladado a su capilla, como se ha hecho referencia, colocándose la imagen de San José, que parece ser del escultor Jaime Foch y que antes la ocupaba a un lateral de la misma.
El fervor continúa
Me es sumamente grato, que unos meses después
de publicar el artículo inicial, del que este es
una actualización, sobre esta histórica hermanda
de Ntra. Sra. de la Consolación de San
Francisco, surgiera un grupo de fieles que
se esmera en reavivar el culto y devoción de
esta singular imagen mariana, de tan honda
raíz en el pasado.
Desde 2013, en el mes de septiembre y en los días cercanos a la celebración de la festividad de María, este meritorio grupo de devotos, le dedica un Triduo solemne, tras más de 150 años sin cultos, al menos, continuados ( la Asociación de Señoras de la Corte de María, le dedicó visitas hasta los años cuarenta del pasado siglo).
Dicho Triduo consiste en el ejercicio del mismo y del Santo Rosario y una Felicitación y función el día 7 de septiembre, elaborando un bello cartel de cultos y celebraciones. También montan un elegante altar de cultos, delante de su retablo en el que homenajear a la Stma. Virgen de la Consolación.
Ntra. Sra. de Consolación en los cultos de 2013. Foto SGC. |
Mis más efusivas felicitaciones a esos jóvenes devotos y preocupados por recuperar tan ancestral devoción a María Santísima de la Consolación, que ha sido parte importante de la historia cofrade de Granada. Devota efigie de María, que fue contemplada con fervorosa mirada por aquellos granadinos, antepasados nuestros, en su capilla de San Francisco y en las calles granadinas las tardes del Jueves Santo vestida de Dolorosa.
El referido Grupo Parroquial de Ntra. Sra. de la Consolación ha recuperado y allegado hermosas prendas de vestir de Nuestra Señora para los citados cultos, que podrán apreciar en el blog del Grupo y que algunas subo aquí para que los lectores contemplen la belleza de las mismas. Doy las gracias al citado Grupo Parroquial y a SGC por tan bellas fotos, que realzarán el interés por esta devota imagen y para que después de tanto tiempo pueda estar presente otra vez en nuestras devociones.
Altar de cultos. Septiembre 2013. Foto SGC. |
En cultos. 2015 |
[1] Archivo Arzobispal de Granada. Legajo 34 f. pieza 21.
[2] Ibídem. Pieza 24.
[3] Ibídem. Pieza 20.
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