JESÚS DE LA HUMILDAD O DE LAS BURLAS |
Antonio Padial Bailón
En la revista “Gólgota” de junio de 2010, en su nº 46, abordé el estudio somero de una cofradía de penitencia granadina, que se había fundado en el último cuarto del siglo XVII: La Hermandad de Jesús Nazareno del Convento de la Merced Calzada, de las que postulábamos que constituía, de alguna forma, la pervivencia o transformación de otra más antigua cofradía de penitencia que se fundó en el siglo XVI: la Hermandad de la Sangre de Cristo, con sede en dicho Convento de la Merced de Calzados.
En la revista “Gólgota” de junio de 2010, en su nº 46, abordé el estudio somero de una cofradía de penitencia granadina, que se había fundado en el último cuarto del siglo XVII: La Hermandad de Jesús Nazareno del Convento de la Merced Calzada, de las que postulábamos que constituía, de alguna forma, la pervivencia o transformación de otra más antigua cofradía de penitencia que se fundó en el siglo XVI: la Hermandad de la Sangre de Cristo, con sede en dicho Convento de la Merced de Calzados.
Actual estado de la Iglesia de la Merced |
Aquella antigua Hermandad de la Sangre de Jesucristo de la Merced (convento situado entre la parroquial de San Ildefonso y la Cuesta de la Alhacaba, hoy establecimiento militar) daría lugar antes de 1684 al nacimiento de la Hermandad de Jesús Nazareno del convento mercedario.
Esta nueva cofradía de Jesús Nazareno, surgida de la Cofradía de la Sangre de Jesucristo, tenía en su seno otra hermandad de penitencia formada en torno a una de las imágenes de la cofradía: la de Jesús de la Humildad, que también había pertenecido a la hermandad matriz de la Sangre de Cristo. Todas ellas procesionaban unidas en la tarde del Viernes Santo.
Era normal en siglos pasados que algunas cofradías granadinas englobaran a otras hermandades para dar culto y procesionar en la Semana Santa algunas de las imágenes o pasos. De esta forma, se configuraba una hermandad matriz con otras asociadas a ella o filiales, que mantenían cierta independencia y junta de gobierno propia, realizando el mismo día todas ellas con sus imágenes la estación de penitencia. De ellos tenemos algunos ejemplos en la Hermandad de la Humildad del convento de mínimos de la Victoria, en la hermandad de la Pasión de Jesucristo del convento de la Trinidad o, incluso en la de la Oración en el Huerto de San Antón.
La hermandad matriz de la Sangre de Jesucristo, parece que debido a ciertos conflictos con los mercedarios había pasado a principios del siglo XVIII y sin sus imágenes, que quedaron en la Merced, a residir al convento de Mínimos de San Francisco de Paula de Ntra. Sra. de la Victoria, situado en el Bajo Albaicín, junto a la Cuesta del Chapiz, dejando a las cofradías asociadas del Jesús Nazareno y de Jesús de la Humildad en situación de precariedad, que las llevaría a su desorganización.
En esa situación, en 1729, y tras varios años de decadencia, la hermandad de Jesús Nazareno de la Merced, surgida, como se ha dicho, a mediados del siglo XVII del tronco de la cofradía de la Sangre de Jesucristo, se va a reorganizar formando nuevas reglas en ese año. Estas reglas prescribían realizar la estación de penitencia del Miércoles Santo con sus numerosos pasos [1]. Exponente de la decadencia que había padecido la cofradía se reflejaba en el acta del cabildo de 6 de abril de 1730, celebrado tras la reorganización de la cofradía, en el que se acuerda que: "(...) la Hermandad de Jesús Nazareno que de muchos años a esta parte se allaba perdida” [2] y que “(…) siendo, como es, el primer año, para que se amplíe más la devoción de Jesús, se saque la dicha prosezión la Semana Santa venidera de este año” (1730).
Litografía de Jesús Nazareno de la Merced Calzada de Armando López Murcia |
Reorganizada la hermandad, aquella Semana Santa de 1730 se decide sacar la procesión con los ocho pasos que solían componer la procesión de la antigua Hermandad de la Sangre: de la Santa Cruz, San Pedro Nolasco (patrón del convento), Jesús de la Humildad, Jesús de la Columna, San Juan Evangelista, Jesús Nazareno, el Crucificado y el de la Dolorosa, que parece tenía el título de Ntra. Sra. de la Luz, según el inventario de la hermandad de 1731; también en él figura otra imagen de la Virgen de la Concepción, que sería la principal advocación mariana de la cofradía nazarena.
La hermandad, para sacar tan elevado número de pasos, se encontraba con la dificultad de no tener los suficientes horquilleros, pues la mayoría querían serlo del paso de Jesús Nazareno, principal devoción de la hermandad. También, con esfuerzo, se logró cubrir con horquilleros los pasos del Crucificado y el de la Dolorosa, pero no para los restantes pasos, llegando la junta de oficiales al acuerdo de emitir unas cedulas para repartir entre el elevado número de hermanos y devotos, suscribiéndolas los que desearan cubrir las horquillas de los pasos a los que les faltaban horquilleros, entre ellos, el de Jesús de la Humildad, procediéndose a sortear las mismas.
Por lo tanto, en 1730, el Paso de Jesús de la Humildad pertenecía a la Hermandad de Jesús Nazareno de la Merced, como antes había pertenecido a la de la Sangre de Jesucristo. Pero no va a permanecer esta filial de Jesús de la Humildad mucho tiempo unida a la del Nazareno. En los años siguientes, entre los devotos y hermanos que procesionaban la imagen de Jesús de la Humildad se formará una hermandad en torno a esa imagen, que se independizará de la del Nazareno hacia 1740.
Grabado del Libro de Cuentas de la Hermandad de la Humildad |
El libro de cuentas (al que pertenece el grabado que se adjunta) se inicia en junio de ese año de 1740; si bien hay en él una serie de páginas en blanco en prevención de anotar datos y cuentas anteriores a esa fecha, lo que nos puede indicar, que de hecho, la cofradía se había fundado antes. Esta independencia con respecto a la Hermandad del Nazareno no afectó, como antes se ha indicado, a que realizaran juntas ambas hermandades, como era costumbre, la estación de penitencia del Miércoles Santo.
El mencionado libro de cuentas de la Hermandad de Jesús de la Humildad, que abarca el periodo de 1740 a 1763 nos informa de que ese año de 1740 entraron a servir la hermandad como mayordomos, Pedro Alonso y Joseph de Quirós, los primeros tras la formación de la hermandad (3). Libro de que también podemos deducir una serie de interesantes aspectos de la misma:
La hermandad, como era corriente en casi todas las cofradías antiguas, además de sus actos penitenciales y cultuales, tenía una finalidad importante de entierro y sufragios por el alma de sus hermanos difuntos. Esto constituía, a mi modo de ver en la sociedad devota de aquellos siglos, el aliciente principal de la adscripción de los hermanos a la cofradía, sin menoscabo de la devoción a la imagen. Constituían estas asistencias materiales y espirituales una especie de seguridad social de aquellos tiempos por la que los cofrades recibían digna sepultura y atención espiritual en vida y por la salvación de su alma cuando fallecían, además de auxilio por parte de la hermandad para sus huérfanos y viudas. Ello puede explicar la gran cantidad de hermandades que existían en la ciudad en aquellos tiempos, que contaban con numerosos cofrades. La cofradía, en la época que comentamos, gastaba 25 reales de vellón en cada entierro o “cumplimiento de hermanos difuntos”.
La hermandad de la Humildad mercedaria se expandió pronto con numerosos hermanos, no sólo en la ciudad, sino también por algunos pueblos de la Vega, especialmente en la cercana localidad de "Malacena" (Maracena).
El Señor de la Humildad de la Merced, llamado hoy de las "Burlas". Siglo XVI de Pablo de Rojas o de Diego de Vega |
Una procesión barroca
En pleno apogeo de la estación penitencial barroca, la procesión del Miércoles Santo se iniciaba con el paso del estandarte, que era de damasco color carmesí con cordones “carmesí y blancos”. Constituía la principal insignia de la cofradía que anunciaba la llegada de la corporación nazarena en cofradía de penitencia. Este estandarte, semejante a lo que hoy llamamos guion, llevaba una tarjeta de plata repujada en el centro, siendo también de plata su vara. Después iban los hermanos con bocinas y otros con túnica, que marchaban intercalados entre los pasos. Seguía el "Paso de Pilatos”, que costó a la hermandad 200 reales componerlo en 1742, en el mandato de los mayordomos Fernando Pisarro y Manuel Gómez. Para dicho paso, que probablemente se formaba con personas, se alquilaban vestidos de época, casi siempre en la Casa de Comedias, que estaba situada al principio de la calle de Mesones, haciendo esquina con la calle del Milagro, junto a la Puerta Real.
En pleno apogeo de la estación penitencial barroca, la procesión del Miércoles Santo se iniciaba con el paso del estandarte, que era de damasco color carmesí con cordones “carmesí y blancos”. Constituía la principal insignia de la cofradía que anunciaba la llegada de la corporación nazarena en cofradía de penitencia. Este estandarte, semejante a lo que hoy llamamos guion, llevaba una tarjeta de plata repujada en el centro, siendo también de plata su vara. Después iban los hermanos con bocinas y otros con túnica, que marchaban intercalados entre los pasos. Seguía el "Paso de Pilatos”, que costó a la hermandad 200 reales componerlo en 1742, en el mandato de los mayordomos Fernando Pisarro y Manuel Gómez. Para dicho paso, que probablemente se formaba con personas, se alquilaban vestidos de época, casi siempre en la Casa de Comedias, que estaba situada al principio de la calle de Mesones, haciendo esquina con la calle del Milagro, junto a la Puerta Real.
El elemento musical de la cofradía era importante y muy peculiar, aparte de varias agrupaciones o bandas, en la procesión iban cincuenta tambores redoblando, que ayudaban a marcar el paso, y una escuadra de “armaos” con sus oficiales a la jineta, todos ellos provistos de penachos de plumas, armas y picas, que solían ser alquiladas para la ocasión en la citada Casa de Comedias. También, hacia 1763, participaban en la misma personajes vestidos de fariseos y evangelistas, cubriéndose el rostro con sus correspondientes caretas, así como, un niño representando al Niño Jesús, seguramente con atributos de Pasión. Durante el recorrido iban hermanos pidiendo limosna con la bacinilla para ayuda a sufragar los gastos de la procesión.
Luego vendrían las andas con la imagen de Jesús de la Humildad, con corona y potencias de plata y una caña en la mano y el muy usado en los pasos antiguos granadinos, palio de respeto portado por los palieros. En los inventarios de la hermandad aparece una cruz de “palo pintada”, que es posible que fuera formando parte del paso con un sayón realizando los preparativos de la Crucifixión. Esta hipótesis podría encajar con el grabado que aparece en la página primera del libro de cuentas en que se muestra dicho sayón haciendo dichos preparativos junto a Jesús. Después irían las andas de la Virgen, que según el referido inventario llevaba toldilla (utiliza esta palabra en vez de la de palio). Finalizada la procesión se procedía a celebrar un”agasajo” a los horquilleros, palieros y clero.
Crucificado de la Sangre. Hoy Parroquia de Nª. Sª de las Mercedes. En los primeros años de la cofradía de los Escolapios fue procesionado, como Cristo de la Expiración |
A Jesús de la Humildad lo veneraba la hermandad en la tercera capilla del colateral izquierdo de la iglesia, en la que se gastó 177 reales para su arreglo en 1744, siendo mayordomos Salvador Gómez y Cristóbal Rodríguez, cerrándola ese año con una reja con un costo de 60 reales.
Convento de la Merced de mercedarios calzados. A la izquierda la iglesia parroquial de San Ildefonso |
Parece que la cuantía de los gastos realizados en el inicio de la hermandad determinó que en 1743 no pudiera realizar la estación de penitencia. En los siguientes años la cofradía sacó en la estación de penitencia los pasos del Crucificado y del Señor de la columna, pues los horquilleros de dichos pasos contribuyeron con 150 y 120 reales, respectivamente, para ayuda a la procesión. Ese año se arreglaron también las andas, blandones y toldilla de la Virgen y se hicieron horquillas de plata.
La Hermandad sufrió una importante crisis en el año 1752, pues la última anotación en el libro es de una visita pastoral de 10 de agosto de ese año. A partir de esa fecha no se hacen anotaciones hasta el cabildo de 27 de octubre de 1755 en que se eligen mayordomos para 1756 a Mateo Gómez y Juan Tortosa. Dicha crisis parece superarse en 1758, reuniéndose el cabildo el día 14 de mayo de ese año en la sala capitular del convento y en cuya acta se manifiesta que se reunían “para volver a levantar dicha cofradía por averse perdido quasi en un todo”, eligiendo hermano mayor a Juan Moreno y mayordomo a Juan Portillo, que se reeligieron en los años siguientes.
En la entrega de bienes que se hace se describen los atributos de la imagen: una hechura de Jesús de la Humildad con corona de espinas y potensias de plata y dos milagros de plata y caña y cordones de ilo de oro, item mas un retablo de talla, más un velo encarnado con su laneta de tafetán”. El altar de la capilla se presentaba con un frontal de damasco verde y, sobre dicho altar, un retablo que se terminó de dorar en 1760, costeado por el mayordomo Juan Moreno, al que le debía la hermandad 300 reales, débito que le fue perdonado por el referido mayordomo.
Cristo de la Humildad, llamado también de las Burlas en un triduo de 2010 ofrecido por unos muchachos que querían fundar una cofradía |
La imagen de Jesús de la Humildad de esta hermandad es la que se venera en la iglesia de San Ildefonso, colindante con el convento mercedario, con el titulo moderno de "Jesús de las Burlas", de estilo cercado al maestro Pablo de Rojas, pero que también se le pudiera atribuir al antequerano Diego de Vega, autores de muy próximo estilo y época. La imagen tiene que ser del tiempo de la fundación de la antigua hermandad matriz de la Sangre de Jesucristo, fundada entre las décadas setenta y ochenta del siglo XVI.
Esta hermandad de Jesús de la Humildad, junto con la de Jesús Nazareno de la Merced, se habían erigido como continuadoras en el convento mercedario de la Hermandad de la Sangre de Jesucristo, de la que existen datos de su traslado a principios del siglo XVIII al convento de frailes mínimos de Ntra. Sra. de la Victoria. Estas y otras cuestiones están pendientes aun de aclarar definitivamente.
También la imagen de Jesús de la Columna y la del Crucificado - ésta hoy en la parroquia de las Mercedes de la Casería de Montijo-, fueron procesionadas en las estaciones de penitencia en distintos años del siglo XVIII, por estas hermandades de la Humildad y el Nazareno y que, también procederían de dicha Hermandad de la Sangre de Jesucristo de la Merced. Todas ellas eran imágenes del siglo XVI, cuándo se funda dicha Cofradía de la Sangre de Jesucristo.
JESÚS DE LA COLUMNA ( Taller de Pablo de Rojas) |
La Venerable Hermandad de Jesús de la Humildad de la Merced Calzada siguió existiendo y procesionando el Miércoles Santo hasta finales del siglo XVIII (en 1791 lo hace) y como tantas otras hermandades desaparecerían con la invasión francesa, hacia 1810, cuando ocuparon las tropas napoleónicas varios conventos granadinos para necesidades de guerra.
Después de la Guerra de la Independencia no es probable que se hubiera reorganizado la hermandad y sus imágenes pasarían a la parroquial de San Ildefonso, donde hoy se encuentran, con la supresión y exclaustración del convento de la Merced de 1835-1836. La imagen del Cristo de la Sangre fue procesionada por la actual Cofradía de los Escolapios en 1935 y en los primeros años de su fundación con el título de Expiración y hoy se encuentra en la parroquia de Ntra. Sra. de las Mercedes (Barrio de Almanjayar), donde fue trasladada al ser fundada esa parroquia en los años ochenta del pasado siglo XX.
Es de lamentar, que estas imágenes y hermandades de tanta historia no se hayan recuperado para la Semana Santa moderna.
[1] Puede que dicha reorganización de la Hermandad de Jesús Nazareno de la Merced, que todo apunta que se llevó a cabo hacia 1729 con nuevas reglas, se tratara en realidad de la reorganización de la Hermandad de la Sangre de Jesucristo con el titulo ahora de Jesús Nazareno.
Hacía muchísima falta que se difundieran asuntos religiosos, históricos, estéticos, artísticos y cofrades de la ciudad de Granada. Que junto a tus variadas y diversas publicaciones, cualquiera, desde cualquier rincón del Mundo y de forma rápida, pudiera acceder a contenidos que deberían ser casi obligatorios en un ciclo de formación cofrade granadina.
ResponderEliminarYo te doy las gracias sobradas po todo el esfuerzo que dedicas.
Gracias a ti David, esto que dices es lo que da sentido a tantas horas que paso, cual ratón de archivo, ante documentos que, poco a poco, nos van dando luz a la rica historia cofrade que tiene nuestra querida Granada.
Eliminar