HERMANDAD DEL SANTO CRISTO DE LA ESPERANZA Y VÍA SACRA
Antonio Padial Bailón
Esta hermandad es otra de las numerosas corporaciones pasionistas de Vía Sacra que proliferaron en la Granada de los siglos XVII y XVIII, casi todas fundadas en parroquias, excepto algunas como la del Pretorio, fundada en San Antón y la del Cristo de las Penas de Santo Domingo y alguna en la Victoria. Al contrario de las penitenciales que lo hicieron en conventos casi todas ellas.
La Hermandad del Cristo de la Esperanza y Vía Sacra se fundó en la primitiva iglesia parroquial de la Magdalena, cuando ésta se ubicaba en la calle de Mesones, esquina a la calle Arco de las Cucharas.
Esta antigua iglesia dejó de cumplir sus funciones en 1837 y por orden del Gobernador Civil, Agustín Romero, fue cerrada y trasladada la parroquia ese año a la iglesia del Corpus Christi, de Agustinas Descalzas, donde hoy permanece. Después, en 1843, la antigua parroquial fue vendida a un particular. Sólo se permitió trasladar a la nueva parroquia las imágenes, púlpito, pinturas y con ellas pasó el Cristo de la Esperanza de cuya hermandad vamos a tratar.
El templo antiguo de la Calle Mesones no desapareció y en él se estableció una gran tienda, llamada "Tejidos la Magdalena", utilizando la nave y sus capillas con mostradores y estanterías de tejidos. La parte de la fachada, primeras capillas y torre sí se demolieron a finales del siglo XIX para hacer unos apartamentos.
Toda la iglesia y tienda de tejidos "La Magdalena" desapareció en 1971 para construir un edificio de grandes almacenes de la cadena Voolworth, que se demolió en 1980 y se vendió a la Diputación Provincial. Ésta construyó para sus servicios el edificio actual que hoy lo ocupa el Catastro Provincial.
Fundación
La hermandad se funda en 1721, (probablemente de hecho se fundaría años antes) en el que son aprobadas sus reglas por el arzobispo D. Francisco Perea y Porras con el título de Santísimo Cristo de la Expiración y Vía Sacra, siendo uno de sus fundadores D. Joseph de León (1). Esta advocación va a proliferar en varias hermandades de la ciudad y provincia y dará lugar, por este motivo de coincidencia en el título, a diversos conflictos entre ellas, que las llevarán en algunos casos, como ocurrirá en ésta que tratamos, a que sea obligada a cambiar advocación.
Uno de estos conflictos se produce en 1725, cuatro años después de su fundación. En él se enfrenta con la hermandad del Cristo de la Expiración del Sagrario de la Catedral precisamente porque ambas hermandades solicitaban sus demandas en las calles de la feligresía con el mismo título de "Expiración y Vía Sacra".
En este punto, se me planteaba una incógnita al respecto. En la iglesia del Sagrario, según las fuentes consultadas, existían dos hermandades de vía sacra: la Hermandad del Cristo de los Trabajos y Vía Sacra y la Hermandad del Cristo de la Expiración y Vía Sacra. En principio, podía motivar la confusión con cual de estas dos hermandades tuvo lugar este conflicto de 1725, pues sólo se referían los documentos a "hermandad de la vía sacra del Sagrario", sin pormenorizar la advocación del Cristo. De hecho, en algún artículo reciente he caído en dicha confusión por creer que el la iglesia del Sagrario sólo existía una hermandad de vía sacra, la del Cristo de los Trabajos. Actualmente, tengo claro que con sede en dicha iglesia existieron dos hermandades de este carácter: la del Cristo de los Trabajos y la del Cristo de la Expiración y fue con ésta última con la que tuvo el pleito.
La imagen de este Cristo de la Expiración del Sagrario, no debe ser otra que la atribuida tradicionalmente (Gómez Moreno) al maestro Pablo de Rojas, como tantos Crucificados, que no todos deben de ser suyos. En el caso de éste del Sagrario, de cabeza más alargada, sin "contraposto" excesivo, ni utilización de la cuerda para sostener el perizoma (muy utilizada en Rojas) y otras consideraciones de análisis escultórico más profundo que observa el profesor León Coloma, hace pensar, que mas bien la atribución de este magnífico Crucificado debería de dirigirse hacia Bernabé de Gaviria, el discípulo de Pablo de Rojas. Hoy tiene la advocación de Cristo de la Buena Muerte, que le fue impuesto por una Asociación que le daba culto en los años treinta del pasado siglo.
Continuando con el conflicto entre las dos hermandades del mismo título, la del Sagrario y la de la Magdalena, el demandante de limosnas de la hermandad de éste último templo, Manuel Yesares fue encarcelado por esta causa y se le recogió la bacinilla con la que pedía y todo lo recaudado en ella por el sitio de las Pescaderías, cerca de la plaza de Bibrambla, por hacerlo en la circunscripción del Sagrario y no en la de la Magdalena a la que pertenecían las Carnicerías de la ciudad.
Al año siguiente, 1726, el fundador Joseph de León, por no asistir el hermano mayor ni el mayordomo a los entierros de los hermanos, pide al Provisor del arzobispado que nombre cuatro mayordomos a la hermandad cada año y aunque no se sabe la respuesta, parece que pudo acceder, en parte, años más tarde, pues en 1732 aparece la hermandad con cuatro mayordomos.
En dicho año (1732) se reproduce el conflicto con la hermandad del Sagrario por los mismos motivos, es decir, por pedir con el título de "hermandad de la Expiración y Vía Sacra. Varios devotos se habían ofrecido a demandar limosnas por devoción al Cristo y atender otros fines sociales de la hermandad y los del Sagrario les volvieron a recoger la bacinilla con lo recaudado.
El hermano mayor de la hermandad de la Magdalena, Juan Berdajas o Berdayas, así como el mayordomo Cristóbal Sánchez acudieron al Provisor y Vicario General alegando que la hermandad tenía en sus reglas aprobado el título de Expiración y autorización para pedir limosna por toda la ciudad y lo usaban con este derecho, necesitando "por las estrecheces que sufre la hermandad" pedir limosna para el culto del Cristo y atender las obligaciones de sufragios y entierro de sus hermanos y cedían en quitar de la bacinilla de las demandas el título de Vía Sacra, para pedir sólo con el de Expiración.
El fiscal del arzobispado, Felipe Gómez de Otazu, en su informe accede a que suprima el título de Vía Sacra para pedir sólo con el de Expiración y que pudieran hacerlo por toda la ciudad, excepto por el término de la parroquia del Sagrario.
Pero una tercera hermandad con el mismo título, más antigua que las de la Magdalena y del Sagrario, la del la Expiación de la iglesia de San Gil, por medio de su hermano mayor Joseph Clarés y sus tres mayordomos se oponen a esta resolución para que no se la autorice pedir con dicho título
La hermandad del Cristo de la Magdalena, bien por no desear que se sucedieran los conflictos, costosos para una hermandad de escasos recursos económicos, bien por reconocer que el nuevo oponente ( la de San Gil) era hermandad muy antigua y no tenía perspectivas de ganar el pleito, decide variar su titulo por el de Cristo de las Agonías:
El Provisor acepta el cambio de advocación pero exige que se convoque a la hermandad en cabildo general para su aprobación y aleguen los hermanos lo que les pareciere oportuno, lo que efectivamente hicieron el día 13 de julio de 1732.
La reunión fue en la Capilla de San Fernando de la iglesia de la Magdalena, que probabablemente era la capilla sede de la hermandad. El notario comenzó por leer las actuaciones que se habían realizado en el pleito y la decisión adoptada por el hermano mayor y mayordomos de cambiar la advocación del Titular por el de Cristo de las Agonías, pero se puso de manifiesto en el cabildo que también existía otra hermandad en la iglesia de San Andrés con este título, por lo que se adoptó el acuerdo de que el título definitivo fuese el de Cristo de la Esperanza.
El Provisor el 8 de agosto de 1732 aprueba el nuevo título de la hermandad e imagen y manda borrar de la bacinilla y escritos esculpidos o anotados, así como, que en la Reglas se anote y ponga la nueva advocación de Hermandad del Sto. Cristo de la Esperanza y Vía Sacra (3). Así pues, sólo once años (1721-1732) usó la hermandad que estamos considerando el título de Expiración.
La capilla y sus imágenes
En 1735, asentada la hermandad en la capilla de San Fernando, que era la segunda de la derecha, entrando en la iglesia, siendo hermano mayor Esteban Toro, la restauró y enriqueció, tratando de adquirirla a la fábrica de la parroquia, junto con la bóveda para enterramiento de los hermanos, aspiración que no llegó a verse materializada por oposición de los beneficiados de la parroquia. Sería en 1748, cuando pasó a propiedad de la hermandad por dar autorización para ello el arzobispo D. Felipe de los Tueros y Huerta.
La capilla la presidía el Crucificado en su retablo y, en 1768, se veneraba en ella una Virgen del Mayor Dolor, el Santo Sepulcro, María Salomé y San Juan y otras de medio cuerpo de la Virgen y San Juan y el Padre Eterno(4). Tal vez también una Magdalena arrodillada abrazando la Cruz, según se aprecia en un grabado de 1731.
La Virgen del Mayor Dolor, que aparece en el inventario del citado año, pudiera ser la imagen de la Dolorosa sedente de la Aflicción (llamada por los fieles de los "Chocolteros") que hoy se venera a los pies del Crucificado, imagen que se ha relacionado con el escultor Miguel Verdiguier, pero que pienso que puede pertenecer más bien al círculo de Ruiz del Peral, situando su factura alrededor de 1750.
Esta imagen de Dolorosa al pie de la cruz salió en paso de palio en Semana Santa con la Cofradía de Jesús del Rescate en los años 1928 al 1931 y 1935, pero dejó de salir, pasado el paréntesis de la Guerra Civil, al fundarse en la misma parroquia la Cofradía de Ntra. Sra. de los Dolores.
En cuanto a la imagen del Cristo de la Esperanza, que se ha relacionado con el escultor Agustín de Vera Moreno y es posible que pueda ser de él si la imagen se realizara en 1720 o 1721 para crear en base a ella la hermandad. No obstante, en el momento de fundación legal de la hermandad (1721) sería bastante joven (23 o 24 años, pues parece que nació en 1697). Pero si la hermandad se creó años antes de la aprobación de sus reglas, como solía ser usual, o se erigió en base de la devoción a una imagen preexistente, dicho escultor hubiera sido demasiado joven o, tal vez, ni hubiera nacido aun.
Imagen poco estudiada por los peritos en arte, a ellos debe corresponder su análisis de estilo, que aun no se ha producido seriamente. Por otra parte, dadas las características de estilo de la imagen, se aleja también de las formas estilísticas de los escultores más conocidos de ese momento (Diego de Mora o Risueño). Puedo, por lo expuesto hasta aquí, proponer otra dirección a seguir: la de que la imagen se labrara antes o mucho antes de la fundación de la hermandad. En esta línea, podemos pensar que existió un escultor poco conocido, discípulo de Alonso de Mena, que trabajó para la iglesia antigua de la Magdalena, con sólo una obra conocida (la Magdalena de su portada y reparó otra imagen de la Santa) y que se sabe que realizó también un Crucificado (5), que bien pudiera ser éste de la Esperanza. Tal escultor fue Juan Sánchez Cordobés.
La hermandad recorre el último tercio del siglo XVIII, con cierta precariedad de medios económicos. Desde luego, no corrían con la Ilustración tiempos especialmente favorables para las hermandades, como no lo fueron los siguientes de la primera mitad del XIX. El pueblo, paulatinamente, no irá viendo en las hermandades la solución a sus problemas de seguridad y amparo en enfermedad, defunción o auxilio a viudas y huérfanos...etc., como hasta entonces. Quizá por estos motivos y por las cortapisas que imponen la normas del "Siglo de las Luces" casi no se fundan hermandades y van desapareciendo muchas de las que existían.
El siglo XIX
Así llega la hermandad al siglo XIX y sus convulsiones sociales y políticas, iniciándolo la epidemia de fiebre amarilla de 1804 y la Guerra de la Independencia, durante la que el general francés Sebastiani manda realizar un inventario de bienes y alhajas de la hermandad en diciembre de 1810 el que aparece: la imagen del Cristo con su corona y potencias de plata, seguramente las que hoy tiene puestas la imagen; la Dolorosa con su diadema de plata (también hoy la tiene); las imágenes de San Juan Evangelista y María Salomé y "además un velo de gasa del Santo Sepulcro".
Todas estas imágenes pasionistas nos hacen pensar que la hermandad realizaba prácticas penitenciales, aunque no era genuinamente de penitencia. Así, salía el Viernes Santo, como lo hacía todos los viernes del año para realizar la vía sacra al convento carmelita de los Mártires de la colina de la Alhambra y es muy probable que, al menos, en la vía sacra del Viernes Santo representara con sus imágenes algunos pasos de la Pasión, inclinándome a creer que a la llegada de la procesión al convento de los Mártires, dadas las imágenes pasionistas que poseía, se representara la escena del Calvario con el Crucificado, la Virgen sedente al pie de la Cruz, San Juan y María Salomé, seguramente también con la Magdalena (en la iglesia existía más de una). También poseía un Santo Sepulcro para depositar una imagen de Jesús (no sabemos si el Crucificado pudo tener los brazos articulados o utilizaban otro de pequeño tamaño que tenía la hermandad).
El Cristo, seguramente, se llevaría a la vía sacra u otras procesiones, sólo los días de celebraciones especiales y, normalmente, la procesión de vía sacra se realizaría con el Crucificado pequeño, que se presentaba con corona, cruz y potencias de plata, además llevaba "tonelete", de los que poseía, al menos, tres; asimismo, poseía faroles para la procesión, campanilla, iniciándose la comitiva con la cruz de plata y el estandarte de damasco morado. Tres llaves tenía la hermandad para abrir las puertas del convento de los Mártires (6).
Quizás, este aumento de prácticas penitenciales que se daría en la hermandad a partir de mediados del XVIII la determinaran a reformar sus reglas en 1768, momento en que contaba con 185 hermanos. Por reglas, tenían obligación de realizar la vía sacra los viernes; lo prescribía su capitulo 4º de las fundacionales de 1721: "[...] el hermano mayor y mayordomo vengan obligados a asistir todos los viernes del año por la noche para sacar la Vía Sacra...con la mayor decencia y devoción".
Tras la invasión francesa la hermandad quedó bastante debilitada y sólo poseo noticias de las funciones que realizaba el día 3 de mayo, Invención de la Santa Cruz, los años 1821 y 1823, aunque es posible que las celebrara también otros años a parte de estos.
La hermandad en la nueva parroquial
Poco después, en 1837, se cierra la iglesia parroquial primitiva y sus funciones parroquiales pasan a la iglesia de las agustinas del Corpus Christi, donde hoy permanecen, vendiéndose en 1843 la iglesia a un particular, como hemos expresado al comienzo de este trabajo.
La Vía Sacra hacía tiempo que no se celebraba, probablemente desde antes de la guerra contra los franceses. Va a ser después con la Restauración de la monarquía borbónica, en 1871, cuando se revitaliza la hermandad, instaurando nuevos cultos a la imagen.
En 1871, una rogativa al Cristo será el primer indicio de la recuperación de la hermandad (7). A partir de ese momentos se le dedicará a la imagen un setenario los domingos después de Semana Santa, con función principal el último de ellos a finales de mayo o principios de junio, al modo como se hacía con otras imágenes de gran devoción, como los "Siete Reviernes" al Cristo de la Luz o el setenario al Cristo de la Salud de San Andrés.
A partir de este momento, se repetirán todos los años estos cultos a la imagen, predicando en ellos los mejores oradores sagrados de la ciudad. Por la mañana de cada uno de estos domingos se le dedicaba una misa cantada y por la tarde el ejercicio del setenario (8).
En 1894, sus mayordomos eran D. Indalecio Abril Ramírez, D. Alejandro Romera del Barco, D. Pedro Nestares Pedriacci y D. Pedro Benavides y Chacón, de la alta burguesía granadina. A estos cultos asistía la capilla de música de la Catedral y otros años la capilla isidoriana, ganándose indulgencias de las muchas con que contaba la hermandad (9).
En 1906, eran sus mayordomos D. Francisco Benavides Chacón y otros miembros de esta familia. Por estos años (1908) aparece la hermandad unida a la Sacramental de la Magdalena, calificándola en las noticias de prensa de Ilustre Hermandad Sacramental. Eran sus mayordomos en 1916, D. Baltasar Díaz de Ribera, D. José Jiménez de la Serna y Agrela y D. Manuel López Banís. Ese año predicó el setenario, entre otros, el Beato D. Manuel Medina Olmos, que entonces era rector del Sacromonte, obispo auxiliar de Granada y después sería obispo de Guadix, sacrificado en la Guerra Civil (10).
En 1923, la hermandad aparece regida por señoras como mayordomos de la misma, que lo eran en ese año: Dª Elisa Chacón y Pérez del Pulgar, Dª Magdalena Zárate y Vasco y Dª Aurora Benavides Chacón y Márquez. Cada domingo del setenario se predicaba una de la Siete Palabras que Jesús pronunció en el Calvario (11).
Hasta 1926 se dan noticias en la prensa de la hermandad y de sus setenarios al Cristo de la Esperanza, probablemente perduraron hasta la Guerra Civil.
La endogámica relación en un círculo limitado de familias de la aristocracia y burguesía granadina en las últimas décadas de su existencia, que no supo o no quiso abrirse a más amplios horizontes sociales, tal vez limitó excesivamente el desarrollo de la hermandad hasta hacerla desaparecer hace poco más de ochenta años. Aun no está extinguida canónicamente, pero está a punto de hacerlo después después de 293 años de existencia.
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1. ARCHIVO HISTÓRICO DEL ARZOBISPADO DE GRANADA, legajo 3 F, pieza 1.
2. Ibídem, legajo 16 F (a), pieza 5.
3. Ibídem, legajo 16 F (a) la referida pieza.
4. LÓPEZ-GUADALUPE MUÑOZ, Miguel Luis, Las cofradías de la parroquia de Santa María Magdalena de Granada en los siglos XVII_XVIII. págs. 92 y sigs. Crónica Nova 1992. Universidad de Granada.
5. GALLEGO Y BURÍN, Antonio, Guía de Granada. pág. 206, edición 1982.
6. LÓPEZ-GUADALUPE MUÑOZ, Miguel Luis, opus cit. pág. 195.
7. Diario " La Alhambra" de 24 de marzo de 1871.
8. Diario "El Defensor de Granada" de 26 de abril de 1885.
9. Varios periódicos de la época.
10. Diario " La Gaceta del Sur" de 25 de abril de 1908 y de 30 de abril de 1916.
11. PADIAL BAILÓN, Antonio, Antiguas devociones granadinas VI: La Antigua e Ilustre Hermandad del Santísimo Cristo de la Esperanza y Vía Sacra de Granada.Revista Gólgota, Reflexión 2005, págs. 63 a 67. Boletín de la Federación de Cofradías de Granada. Es artículo es corregido y ampliado por el presente trabajo.
La Hermandad del Cristo de la Esperanza y Vía Sacra se fundó en la primitiva iglesia parroquial de la Magdalena, cuando ésta se ubicaba en la calle de Mesones, esquina a la calle Arco de las Cucharas.
Esta antigua iglesia dejó de cumplir sus funciones en 1837 y por orden del Gobernador Civil, Agustín Romero, fue cerrada y trasladada la parroquia ese año a la iglesia del Corpus Christi, de Agustinas Descalzas, donde hoy permanece. Después, en 1843, la antigua parroquial fue vendida a un particular. Sólo se permitió trasladar a la nueva parroquia las imágenes, púlpito, pinturas y con ellas pasó el Cristo de la Esperanza de cuya hermandad vamos a tratar.
El templo antiguo de la Calle Mesones no desapareció y en él se estableció una gran tienda, llamada "Tejidos la Magdalena", utilizando la nave y sus capillas con mostradores y estanterías de tejidos. La parte de la fachada, primeras capillas y torre sí se demolieron a finales del siglo XIX para hacer unos apartamentos.
Toda la iglesia y tienda de tejidos "La Magdalena" desapareció en 1971 para construir un edificio de grandes almacenes de la cadena Voolworth, que se demolió en 1980 y se vendió a la Diputación Provincial. Ésta construyó para sus servicios el edificio actual que hoy lo ocupa el Catastro Provincial.
Fundación
La hermandad se funda en 1721, (probablemente de hecho se fundaría años antes) en el que son aprobadas sus reglas por el arzobispo D. Francisco Perea y Porras con el título de Santísimo Cristo de la Expiración y Vía Sacra, siendo uno de sus fundadores D. Joseph de León (1). Esta advocación va a proliferar en varias hermandades de la ciudad y provincia y dará lugar, por este motivo de coincidencia en el título, a diversos conflictos entre ellas, que las llevarán en algunos casos, como ocurrirá en ésta que tratamos, a que sea obligada a cambiar advocación.
Uno de estos conflictos se produce en 1725, cuatro años después de su fundación. En él se enfrenta con la hermandad del Cristo de la Expiración del Sagrario de la Catedral precisamente porque ambas hermandades solicitaban sus demandas en las calles de la feligresía con el mismo título de "Expiración y Vía Sacra".
En este punto, se me planteaba una incógnita al respecto. En la iglesia del Sagrario, según las fuentes consultadas, existían dos hermandades de vía sacra: la Hermandad del Cristo de los Trabajos y Vía Sacra y la Hermandad del Cristo de la Expiración y Vía Sacra. En principio, podía motivar la confusión con cual de estas dos hermandades tuvo lugar este conflicto de 1725, pues sólo se referían los documentos a "hermandad de la vía sacra del Sagrario", sin pormenorizar la advocación del Cristo. De hecho, en algún artículo reciente he caído en dicha confusión por creer que el la iglesia del Sagrario sólo existía una hermandad de vía sacra, la del Cristo de los Trabajos. Actualmente, tengo claro que con sede en dicha iglesia existieron dos hermandades de este carácter: la del Cristo de los Trabajos y la del Cristo de la Expiración y fue con ésta última con la que tuvo el pleito.
Posible Cristo de la Expiración del Sagrario (Hoy Buena Muerte). Tal vez de Bernabé de Gaviria |
La imagen de este Cristo de la Expiración del Sagrario, no debe ser otra que la atribuida tradicionalmente (Gómez Moreno) al maestro Pablo de Rojas, como tantos Crucificados, que no todos deben de ser suyos. En el caso de éste del Sagrario, de cabeza más alargada, sin "contraposto" excesivo, ni utilización de la cuerda para sostener el perizoma (muy utilizada en Rojas) y otras consideraciones de análisis escultórico más profundo que observa el profesor León Coloma, hace pensar, que mas bien la atribución de este magnífico Crucificado debería de dirigirse hacia Bernabé de Gaviria, el discípulo de Pablo de Rojas. Hoy tiene la advocación de Cristo de la Buena Muerte, que le fue impuesto por una Asociación que le daba culto en los años treinta del pasado siglo.
Continuando con el conflicto entre las dos hermandades del mismo título, la del Sagrario y la de la Magdalena, el demandante de limosnas de la hermandad de éste último templo, Manuel Yesares fue encarcelado por esta causa y se le recogió la bacinilla con la que pedía y todo lo recaudado en ella por el sitio de las Pescaderías, cerca de la plaza de Bibrambla, por hacerlo en la circunscripción del Sagrario y no en la de la Magdalena a la que pertenecían las Carnicerías de la ciudad.
Iglesia de la Magdalena desde la Plaza de Bibrambla. Bajo los arcos estarían las Carnicerías |
Al año siguiente, 1726, el fundador Joseph de León, por no asistir el hermano mayor ni el mayordomo a los entierros de los hermanos, pide al Provisor del arzobispado que nombre cuatro mayordomos a la hermandad cada año y aunque no se sabe la respuesta, parece que pudo acceder, en parte, años más tarde, pues en 1732 aparece la hermandad con cuatro mayordomos.
En dicho año (1732) se reproduce el conflicto con la hermandad del Sagrario por los mismos motivos, es decir, por pedir con el título de "hermandad de la Expiración y Vía Sacra. Varios devotos se habían ofrecido a demandar limosnas por devoción al Cristo y atender otros fines sociales de la hermandad y los del Sagrario les volvieron a recoger la bacinilla con lo recaudado.
El hermano mayor de la hermandad de la Magdalena, Juan Berdajas o Berdayas, así como el mayordomo Cristóbal Sánchez acudieron al Provisor y Vicario General alegando que la hermandad tenía en sus reglas aprobado el título de Expiración y autorización para pedir limosna por toda la ciudad y lo usaban con este derecho, necesitando "por las estrecheces que sufre la hermandad" pedir limosna para el culto del Cristo y atender las obligaciones de sufragios y entierro de sus hermanos y cedían en quitar de la bacinilla de las demandas el título de Vía Sacra, para pedir sólo con el de Expiración.
El fiscal del arzobispado, Felipe Gómez de Otazu, en su informe accede a que suprima el título de Vía Sacra para pedir sólo con el de Expiración y que pudieran hacerlo por toda la ciudad, excepto por el término de la parroquia del Sagrario.
Pero una tercera hermandad con el mismo título, más antigua que las de la Magdalena y del Sagrario, la del la Expiación de la iglesia de San Gil, por medio de su hermano mayor Joseph Clarés y sus tres mayordomos se oponen a esta resolución para que no se la autorice pedir con dicho título
"..a nuestra noticia ha llegado que la hermandad de la vía sacra de la Magdalena pretende licencia para usar el nombre y vocación de Expiración, el mismo que mi hermandad tiene desde inmemorable tiempo y que es el título de su capilla, en grave perjuicio de esta hermandad..."
La hermandad del Cristo de la Magdalena, bien por no desear que se sucedieran los conflictos, costosos para una hermandad de escasos recursos económicos, bien por reconocer que el nuevo oponente ( la de San Gil) era hermandad muy antigua y no tenía perspectivas de ganar el pleito, decide variar su titulo por el de Cristo de las Agonías:
"[...] reconocemos la justa pretensión de la dicha hermandad que así se sirve en dicha parrochial de Sr. San Gil y que an estado y están usando del dicho título de Stmo. Christo de la Expiración, así en sus cabildos y demás actos... y como tenemos concordia y unión, dicha nuestra hermandad y la referida y que deseamos que el culto Divino vaia en aumento y no en disminución por medio de pleitos...y uso del mismo título con que se puedan confundir las demandas...queremos usar de distinto título y que no aia otro...por lo qual eleximos el de Jesús de las Agonías" .
El Provisor acepta el cambio de advocación pero exige que se convoque a la hermandad en cabildo general para su aprobación y aleguen los hermanos lo que les pareciere oportuno, lo que efectivamente hicieron el día 13 de julio de 1732.
Cristo de la Expiración de San Gil Siglo XVI ( atribuido a de Diego de Aranda) |
La reunión fue en la Capilla de San Fernando de la iglesia de la Magdalena, que probabablemente era la capilla sede de la hermandad. El notario comenzó por leer las actuaciones que se habían realizado en el pleito y la decisión adoptada por el hermano mayor y mayordomos de cambiar la advocación del Titular por el de Cristo de las Agonías, pero se puso de manifiesto en el cabildo que también existía otra hermandad en la iglesia de San Andrés con este título, por lo que se adoptó el acuerdo de que el título definitivo fuese el de Cristo de la Esperanza.
"Dixeron que atento a que en la yglesia parrochial de Señor San Andrés tienen noticias de que ai una hermandad que se sirve con el título expresado de Stmo. Cristo de las Agonías, para excusar pleitos y quimeras elixen por título el de Stmo. Cristo de la Esperanza de que parece no ai otro en esta ciudad y desde luego esta hermandad pide licencia al provisor para usar dicho título de Cristo de la Esperanza".
El Provisor el 8 de agosto de 1732 aprueba el nuevo título de la hermandad e imagen y manda borrar de la bacinilla y escritos esculpidos o anotados, así como, que en la Reglas se anote y ponga la nueva advocación de Hermandad del Sto. Cristo de la Esperanza y Vía Sacra (3). Así pues, sólo once años (1721-1732) usó la hermandad que estamos considerando el título de Expiración.
La capilla y sus imágenes
En 1735, asentada la hermandad en la capilla de San Fernando, que era la segunda de la derecha, entrando en la iglesia, siendo hermano mayor Esteban Toro, la restauró y enriqueció, tratando de adquirirla a la fábrica de la parroquia, junto con la bóveda para enterramiento de los hermanos, aspiración que no llegó a verse materializada por oposición de los beneficiados de la parroquia. Sería en 1748, cuando pasó a propiedad de la hermandad por dar autorización para ello el arzobispo D. Felipe de los Tueros y Huerta.
La capilla la presidía el Crucificado en su retablo y, en 1768, se veneraba en ella una Virgen del Mayor Dolor, el Santo Sepulcro, María Salomé y San Juan y otras de medio cuerpo de la Virgen y San Juan y el Padre Eterno(4). Tal vez también una Magdalena arrodillada abrazando la Cruz, según se aprecia en un grabado de 1731.
La Virgen del Mayor Dolor, que aparece en el inventario del citado año, pudiera ser la imagen de la Dolorosa sedente de la Aflicción (llamada por los fieles de los "Chocolteros") que hoy se venera a los pies del Crucificado, imagen que se ha relacionado con el escultor Miguel Verdiguier, pero que pienso que puede pertenecer más bien al círculo de Ruiz del Peral, situando su factura alrededor de 1750.
Soledad de la Aflicción de la Magdalena bajo el Cristo de la Esperanza. Salió bajo palio con Jesús del Rescate. |
Esta imagen de Dolorosa al pie de la cruz salió en paso de palio en Semana Santa con la Cofradía de Jesús del Rescate en los años 1928 al 1931 y 1935, pero dejó de salir, pasado el paréntesis de la Guerra Civil, al fundarse en la misma parroquia la Cofradía de Ntra. Sra. de los Dolores.
Dolorosa de la Aflicción o de Mayor Dolor con Jesús del Rescate hacia 1930. De la Hermandad del Rescate. |
En cuanto a la imagen del Cristo de la Esperanza, que se ha relacionado con el escultor Agustín de Vera Moreno y es posible que pueda ser de él si la imagen se realizara en 1720 o 1721 para crear en base a ella la hermandad. No obstante, en el momento de fundación legal de la hermandad (1721) sería bastante joven (23 o 24 años, pues parece que nació en 1697). Pero si la hermandad se creó años antes de la aprobación de sus reglas, como solía ser usual, o se erigió en base de la devoción a una imagen preexistente, dicho escultor hubiera sido demasiado joven o, tal vez, ni hubiera nacido aun.
Imagen poco estudiada por los peritos en arte, a ellos debe corresponder su análisis de estilo, que aun no se ha producido seriamente. Por otra parte, dadas las características de estilo de la imagen, se aleja también de las formas estilísticas de los escultores más conocidos de ese momento (Diego de Mora o Risueño). Puedo, por lo expuesto hasta aquí, proponer otra dirección a seguir: la de que la imagen se labrara antes o mucho antes de la fundación de la hermandad. En esta línea, podemos pensar que existió un escultor poco conocido, discípulo de Alonso de Mena, que trabajó para la iglesia antigua de la Magdalena, con sólo una obra conocida (la Magdalena de su portada y reparó otra imagen de la Santa) y que se sabe que realizó también un Crucificado (5), que bien pudiera ser éste de la Esperanza. Tal escultor fue Juan Sánchez Cordobés.
Cristo de la Esperanza ¿Agustín de Vera o Sánchez Cordobés? |
La hermandad recorre el último tercio del siglo XVIII, con cierta precariedad de medios económicos. Desde luego, no corrían con la Ilustración tiempos especialmente favorables para las hermandades, como no lo fueron los siguientes de la primera mitad del XIX. El pueblo, paulatinamente, no irá viendo en las hermandades la solución a sus problemas de seguridad y amparo en enfermedad, defunción o auxilio a viudas y huérfanos...etc., como hasta entonces. Quizá por estos motivos y por las cortapisas que imponen la normas del "Siglo de las Luces" casi no se fundan hermandades y van desapareciendo muchas de las que existían.
El siglo XIX
Así llega la hermandad al siglo XIX y sus convulsiones sociales y políticas, iniciándolo la epidemia de fiebre amarilla de 1804 y la Guerra de la Independencia, durante la que el general francés Sebastiani manda realizar un inventario de bienes y alhajas de la hermandad en diciembre de 1810 el que aparece: la imagen del Cristo con su corona y potencias de plata, seguramente las que hoy tiene puestas la imagen; la Dolorosa con su diadema de plata (también hoy la tiene); las imágenes de San Juan Evangelista y María Salomé y "además un velo de gasa del Santo Sepulcro".
Todas estas imágenes pasionistas nos hacen pensar que la hermandad realizaba prácticas penitenciales, aunque no era genuinamente de penitencia. Así, salía el Viernes Santo, como lo hacía todos los viernes del año para realizar la vía sacra al convento carmelita de los Mártires de la colina de la Alhambra y es muy probable que, al menos, en la vía sacra del Viernes Santo representara con sus imágenes algunos pasos de la Pasión, inclinándome a creer que a la llegada de la procesión al convento de los Mártires, dadas las imágenes pasionistas que poseía, se representara la escena del Calvario con el Crucificado, la Virgen sedente al pie de la Cruz, San Juan y María Salomé, seguramente también con la Magdalena (en la iglesia existía más de una). También poseía un Santo Sepulcro para depositar una imagen de Jesús (no sabemos si el Crucificado pudo tener los brazos articulados o utilizaban otro de pequeño tamaño que tenía la hermandad).
La Magdalena, atribuida a José de Mora, de la iglesia de la Magdalena a quien es posible que diera culto la Hermandad |
El Cristo, seguramente, se llevaría a la vía sacra u otras procesiones, sólo los días de celebraciones especiales y, normalmente, la procesión de vía sacra se realizaría con el Crucificado pequeño, que se presentaba con corona, cruz y potencias de plata, además llevaba "tonelete", de los que poseía, al menos, tres; asimismo, poseía faroles para la procesión, campanilla, iniciándose la comitiva con la cruz de plata y el estandarte de damasco morado. Tres llaves tenía la hermandad para abrir las puertas del convento de los Mártires (6).
Quizás, este aumento de prácticas penitenciales que se daría en la hermandad a partir de mediados del XVIII la determinaran a reformar sus reglas en 1768, momento en que contaba con 185 hermanos. Por reglas, tenían obligación de realizar la vía sacra los viernes; lo prescribía su capitulo 4º de las fundacionales de 1721: "[...] el hermano mayor y mayordomo vengan obligados a asistir todos los viernes del año por la noche para sacar la Vía Sacra...con la mayor decencia y devoción".
La hermandad en la nueva parroquial
Poco después, en 1837, se cierra la iglesia parroquial primitiva y sus funciones parroquiales pasan a la iglesia de las agustinas del Corpus Christi, donde hoy permanecen, vendiéndose en 1843 la iglesia a un particular, como hemos expresado al comienzo de este trabajo.
La Vía Sacra hacía tiempo que no se celebraba, probablemente desde antes de la guerra contra los franceses. Va a ser después con la Restauración de la monarquía borbónica, en 1871, cuando se revitaliza la hermandad, instaurando nuevos cultos a la imagen.
En 1871, una rogativa al Cristo será el primer indicio de la recuperación de la hermandad (7). A partir de ese momentos se le dedicará a la imagen un setenario los domingos después de Semana Santa, con función principal el último de ellos a finales de mayo o principios de junio, al modo como se hacía con otras imágenes de gran devoción, como los "Siete Reviernes" al Cristo de la Luz o el setenario al Cristo de la Salud de San Andrés.
A partir de este momento, se repetirán todos los años estos cultos a la imagen, predicando en ellos los mejores oradores sagrados de la ciudad. Por la mañana de cada uno de estos domingos se le dedicaba una misa cantada y por la tarde el ejercicio del setenario (8).
Cristo de la Esperanza y Ntra. Sra. de la Aflicción |
En 1894, sus mayordomos eran D. Indalecio Abril Ramírez, D. Alejandro Romera del Barco, D. Pedro Nestares Pedriacci y D. Pedro Benavides y Chacón, de la alta burguesía granadina. A estos cultos asistía la capilla de música de la Catedral y otros años la capilla isidoriana, ganándose indulgencias de las muchas con que contaba la hermandad (9).
En 1906, eran sus mayordomos D. Francisco Benavides Chacón y otros miembros de esta familia. Por estos años (1908) aparece la hermandad unida a la Sacramental de la Magdalena, calificándola en las noticias de prensa de Ilustre Hermandad Sacramental. Eran sus mayordomos en 1916, D. Baltasar Díaz de Ribera, D. José Jiménez de la Serna y Agrela y D. Manuel López Banís. Ese año predicó el setenario, entre otros, el Beato D. Manuel Medina Olmos, que entonces era rector del Sacromonte, obispo auxiliar de Granada y después sería obispo de Guadix, sacrificado en la Guerra Civil (10).
Beato Medina Olmos |
Hasta 1926 se dan noticias en la prensa de la hermandad y de sus setenarios al Cristo de la Esperanza, probablemente perduraron hasta la Guerra Civil.
La endogámica relación en un círculo limitado de familias de la aristocracia y burguesía granadina en las últimas décadas de su existencia, que no supo o no quiso abrirse a más amplios horizontes sociales, tal vez limitó excesivamente el desarrollo de la hermandad hasta hacerla desaparecer hace poco más de ochenta años. Aun no está extinguida canónicamente, pero está a punto de hacerlo después después de 293 años de existencia.
Jesús del Rescate y Cristo de la Esperanza |
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1. ARCHIVO HISTÓRICO DEL ARZOBISPADO DE GRANADA, legajo 3 F, pieza 1.
2. Ibídem, legajo 16 F (a), pieza 5.
3. Ibídem, legajo 16 F (a) la referida pieza.
4. LÓPEZ-GUADALUPE MUÑOZ, Miguel Luis, Las cofradías de la parroquia de Santa María Magdalena de Granada en los siglos XVII_XVIII. págs. 92 y sigs. Crónica Nova 1992. Universidad de Granada.
5. GALLEGO Y BURÍN, Antonio, Guía de Granada. pág. 206, edición 1982.
6. LÓPEZ-GUADALUPE MUÑOZ, Miguel Luis, opus cit. pág. 195.
7. Diario " La Alhambra" de 24 de marzo de 1871.
8. Diario "El Defensor de Granada" de 26 de abril de 1885.
9. Varios periódicos de la época.
10. Diario " La Gaceta del Sur" de 25 de abril de 1908 y de 30 de abril de 1916.
11. PADIAL BAILÓN, Antonio, Antiguas devociones granadinas VI: La Antigua e Ilustre Hermandad del Santísimo Cristo de la Esperanza y Vía Sacra de Granada.Revista Gólgota, Reflexión 2005, págs. 63 a 67. Boletín de la Federación de Cofradías de Granada. Es artículo es corregido y ampliado por el presente trabajo.
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