ANTONIO PADIAL BAILÓN
Estamos ante otra de las antiguas
hermandades penitenciales desaparecidas de la ciudad de Granada, fundada y con
sede, como la mayor parte de ellas, en un convento de frailes. En este caso en
la iglesia del convento de Agustinos Calzados.
Estos, según Bermúdez de Pedraza,
se establecieron en Granada en 1513, aunque lo hicieron en principio en unas
casas de la Alcazaba del Albaicín. Después, cuando la ocasión
les fue propicia, se trasladaron al centro de Granada, al lugar que hoy ocupa el Mercado de
San Agustín y sus aledaños, donde parece que ya estaban hacia 1522.
Pascual Madoz, sin embargo, atrasa a 1525
la construcción del convento, siendo prior el Padre Hernán Pérez. Por esas
fechas iniciales de los años veinte de ese siglo, los frailes encargaron para
el convento la imagen de portentoso Crucificado de San Agustín, Sagrado
Protector de Granada, atribuido a Jacopo Torni (Florentino el Indaco), sin que
debamos perder de vista, como posible candidato de la misma, a Jerónimo
Quijano, que también trabajó en Granada por esas fechas y cuyo estilo, si
observamos al Crucificado del Corpus de la iglesia de la Magdalena de Jaén,
presenta bastante relación. El Cristo de San Agustín se realizó estando los
frailes en el convento albaicinero.
Las obras del nuevo convento, en la ciudad baja, comenzaron en 1553,
después de haber comprado los agustinos unas casas cerca de la Cárcel Baja y de
la Alhóndiga de los Genoveses y, allí, alzaron el convento y una iglesia de
alta torre con chapitel.
Los frailes se trasladaron al nuevo convento en 1559,
siendo prior fray Rodrigo de Solís, pero no se completó la construcción de
estas edificaciones hasta 1593. El convento formaba un conjunto impresionante de
edificios construidos sobre casas moriscas y baños árabes. Todo tristemente desaparecido
y cuyos restos se han puesto al descubierto hace algunos años al construir el
aparcamiento de San Agustín.
Es probable, que la Hermandad de la
Inspiración de Jesucristo surgiera de devotos del santo agustino de Tolentino,
añadiendo a sus actos de culto la práctica de la penitencia mediante flagelación
o que la hermandad uniera a su título, el de San Nicolás de Tolentino, santo
predilecto de la Orden, junto con San Agustín, su patrón, y Santa Rita.
Esta
última tesis puede ser la más probable; es decir, el que la hermandad de
penitencia uniera a su título el de Santo Nicolás de Tollentino hacia 1588,
pues en ese año el Papa Sixto V instituye la fiesta del Santo el 10 de
septiembre, que desde entonces se viene celebrando por la Iglesia.
La hermandad daba culto al momento
pasionista en el que Jesucristo exhala el último suspiro que precede a la
muerte. Es de destacar, que la hermandad de Granada de la Santa Inspiración o
Expiración aparece junto con la sevillana hermandad del Museo del Cristo de la
Expiración y Ntra. Sra. de las Aguas, como las hermandades de penitencia más
antiguas de las de esta advocación dentro de Andalucía, ya que se fundaría la
hermandad granadina hacia 1576-1578, casi simultáneamente con la sevillana, que
lo hace en 1575 fundada por plateros. La Hermandad del Cristo de la Expiración
de Triana, la del “Cachorro”, se fundará más de un siglo después, en 1689.
Después vendrán las de Baeza y Úbeda en 1603 y 1604, la de Córdoba en el siglo
XVII, la de Málaga en 1700, y las de las restantes ciudades y pueblos de
Andalucía se fundarán a lo largo de los siglos XVIII, XIX y XX.
Solar del convento de San Agustín, una vez demolido
|
En Granada y su provincia, va a ser una
advocación muy extendida. En la capital, la tendremos
con sendas hermandades en la iglesia de la Magdalena, en la de San Ildefonso,
con vía sacra, en la de San Gil con hermandad semipenitencial de flagelantes,
otra de Vía Sacra en San Bartolomé de igual advocación y alguna que otra más.
Dibujo de Velázquez de la Catedral con la torre e Iglesia de San Agustín a la derecha. Biblioteca Nacional
También la Hermandad de la Inspiración
daba culto a la Virgen bajo el título de Nuestra
Señora de la Paz; una advocación de gloria, que como era común en algunas
hermandades de penitencia, la sobrevestirían para la estación del Viernes Santo
con manto negro y tocas blancas en señal de luto. Henríquez de Jorquera al
describir la iglesia agustina nos dice que “…en
la capilla de la hermandad de penitencia se venera el Santo Cristo de la
Expiración y “una soberana imagen de nuestra Señora de la Paz”.
Esta cofradía de la Inspiración
es una de las cofradías de penitencia antiguas de las que menos noticias se
tienen, aunque se sabe que poseía capilla propia en la iglesia agustina. No era
una de las cofradías llamadas “ricas”, sino más bien humilde y de pocos
hermanos, si bien, el cronista Henríquez de Jorquera la denomina como “gran cofradía de penitencia”, sin que
sepamos los motivos por los que le asigna tal adjetivo. Sin embargo, contaba
con algún personaje de importancia en la sociedad
granadina de la época como Urbán Pérez,
mayordomo en el año 1597, que era Notario público de la Audiencia.
Hacía su estación de penitencia el Viernes
Santo por la tarde, saliendo de su templo a la temprana hora de las dos. Era la más moderna de ese día, ya que procesionaba
dicha tarde la hermandad de la Soledad (fundada en 1561), con la que tuvo
ciertos conflictos. Pero en el año 1616 se funda una tercera cofradía para
procesionar el Viernes Santo: la del Santo Entierro de Cristo y Nuestra Señora
de las Tres Necesidades. Ese año, el Provisor de la diócesis Pedro de Molina
ordena que salga la Soledad a su hora acostumbrada y después la de las Tres
Necesidades. Sin embargo, este orden se alteraría pronto, pues Henríquez de
Jorquera nos dice que “... la devota cofradía de penitencia de la soledad y entierro de Jesucristo
que sale el Viernes Santo, la ultima de todas, después del entierro que sale de
Santiago (Tres Necesidades),
cuyos dos entierros andan en competencia…”.
No se dice nada por
ambos de la Hermandad de la Inspiración, lo que, a mi juicio, pone de
manifiesto que esta cofradía habría dejado en esos años de hacer su estación de
penitencia, sin que ello signifique que la hermandad hubiera desaparecido.
A partir de 1597 sobrevienen años de
dificultades para las cofradías, debido a las Reducciones a que se ven
sometidas la mayoría de ellas. Ese mismo año, se ordena una reducción dictada
por el Arzobispo D. Pedro de Castro y Quiñones. Suspensión que tuvo que afectar
gravemente a la cofradía, pues no se tienen más noticias de ella a partir de
esa Reducción. Sin embargo, no desapareció, pues, de hecho el mismo cronista
nos dice hacia 1644, años en los que escribe la crónica, dice que “oy no sale por averse reformado algunas”,
por lo que creemos probable que la hermandad estuviera viva aun a mediados del
XVII, aunque dedicada a cultos internos, sin salidas procesionales.
Es muy probable, que pasada la reducción y
permitidas de nuevo las cofradías, esta de la Inspiración, que no aparece entre
las autorizadas nuevamente, ni siquiera solicitara procesionar como hicieron
las demás penitenciales . Seguramente, estas dificultades la llevaron a convertirse en hermandad cultual o devocional pasionista.
Otra prohibición se cernió
sobre muchas cofradías de penitencia en 1631, en tiempos de arzobispo don
Miguel Santos de San Pedro, que fue superada en 1633.
Las imágenes
Como la mayor parte de las cofradías
granadinas de la época daría culto y procesionaría en su estación de penitencia
varias imágenes, siendo la titular la que representaba el paso que
daba el título a la hermandad, es decir, un Crucificado de la Inspiración o
Expiración, puede que también un Cristo amarrado a la columna que existió en la
iglesia agustina.
Dicho Crucificado de la Expiración, hoy en
la iglesia de Santiago, es imagen del siglo XVI, del tiempo de la fundación de
la cofradía, hacia 1575. Tradicionalmente se ha atribuido a Pablo de Rojas,
aunque, a mi juicio, no reúne muchas de la características de este autor y, en
todo caso, Rojas empieza a desarrollar su labor, principalmente, en los años
ochenta, continuándola en los noventa del XVI y primeros años del XVII.
Por la fecha de la fundación
de la hermandad, varios discípulos de Siloé trabajaban en Granada, como
Baltasar de Arce y los hermanos Aranda o el propio maestro de Pablo de Rojas,
Rodrigo Moreno, autor escasamente estudiado. Por ello, creo que es excesiva la
atribución de imágenes a Pablo de Rojas, especialmente de Crucificados, que bien pueden pertenecer a un momento anterior a su obra
o, si es posterior a esta llegada de Rojas a Granada, de alguno de sus
discípulos, coetáneos o posteriores a este gran maestro de la imaginería
andaluza (maestro de Martinez Montañés, de Ocampo, de Bernabé de Gaviria y de
tantos otros). Gómez-Moreno no se atreve a fijar su autoría y sólo dice que es
un magnífico Crucificado del siglo XVI.
Pocas son las imágenes escultóricas de Cristo de la Expiración que hay
en Granada, pero una de ellas pudiera ser la más idónea para atribuirla como
titular de esta hermandad de penitencia de la Santa Inspiración de Jesucristo.
Nos referimos a la del Cristo de la Expiración, del que hemos estado tratando,
que se venera desde la Exclaustración en la iglesia de Santiago (Servicio
Doméstico), parroquial que fue de la demarcación donde estaba ubicado el
convento e iglesia de los Agustinos Calzados.
Este Cristo expirante de Santiago
parece que procede del convento de San Agustín, sede de la cofradía
penitencial. Tras la exclaustración y supresión del convento en 1836, se solían
agrupar las imágenes de los conventos suprimidos en la parroquial a la que
pertenecían, para después repartirlas entre otras iglesia de la ciudad o de la provincia, aunque, en muchos casos, quedaron en la parroquia en la que se
depositaron. Concretamente, algunas de las imágenes del convento de San Agustín,
pasaron al cercano del Santo Ángel Custodio, como la imagen de Cristo de San
Agustín, Sagrado Protector de Granada; otras muchas fueron a la iglesia
parroquial de Alhendín, donde hoy se conservan.
Pero esta imagen de la Expiración de la iglesia de Santiago, parece de
ejecución cercana a la fundación de la cofradía (1575-1580), que presenta
escasa torsión, que le da una frontalidad, que no es típica del maestro Pablo
de Rojas, como se ha dicho, aunque sí presenta otras características que lo
acercan a él. Se debe, en todo caso, situar, a mi juicio, en un momento
escasamente anterior a la llegada de Rojas a Granada (1579) para trabajar en el
taller de Rodrigo Moreno, a cuyo círculo podría estar cercano y que encajaría
perfectamente con los años en que estimamos que se fundó la hermandad.
El otro Cristo de la Expiración que existe o, al menos, se conozca en
Granada – aparte, lógicamente del titular de la Cofradía de los Escolapios- es el de la sacristía de la iglesia de
Santa Ana, que se realizó en época posterior a la fundación de la Hermandad de
la Inspiración, pues es atribuido a Alonso de Mena (primera mitad del siglo
XVII) y ha pertenecido a dicha iglesia desde tiempo inmemorial, por venir
reflejado así en sus inventarios. No sabemos el paradero de un tercer Cristo de
la Expiración al que daba culto una hermandad de ese título en la iglesia
desaparecida de San Gil, aunque, no siempre Crucificados con el título de
Expiración, presentaban la iconografía típica de Cristo con la cabeza levantada
hacia el cielo para exhalar su último suspiro. La hermandad de este Crucificado
de la Expiración de San Gil era semipenitencial y meramente cultual, realizando
actos de flagelación ante la imagen por parte de sus hermanos todos los viernes
del año.
CrisCristo de la Expiración de la iglesia de Santa Ana. Atrib. a Alonso de Menaación de la iglesia de Santa Ana
|
Como antes se ha dicho, la Hermandad de la Santa Inspiración tenía en su
capilla una imagen de Nuestra Señora de
la Paz, advocación mariana a la que diera culto la cofradía de penitencia y
que no sabemos dónde se encuentra actualmente.
En la citada iglesia de
Santiago, existe una Dolorosa en la capilla tercera de la izquierda, pero esta imagen, que
pudiera haber sido la Dolorosa de la Cofradía, aunque, como antes hemos dicho, estas cofradías
primitivas no siempre era una Dolorosa la imagen que procesionaban. La
Dolorosa de Santiago, tradicionalmente se ha creído que es la imagen de Ntra.
Sra. de las Tres Necesidades con la que su cofradía se fundara en la iglesia de
Santiago, hacia 1616. Esto lo puede corroborar, el que a esta imagen a finales del XIX, concretamente en 1887 y
anteriores, la asociación de señoras de la Corte de María la visitaba un día al
mes y le mantenía dicho título sólo de “Necesidades”, con el que quedó en
Santiago para distinguirla de las “Tres Necesidades” , título que mantuvo, ya,
con otra imagen (la hoy Esperanza), cuando la hermandad del Santo Entierro se
trasladó a San Gil, mediado el siglo XVII.
Por último, decir que Ceán Bermúdez, nos describe en la iglesia de los
agustinos calzados una capilla dedicada a la Soledad, que si aquélla imagen de
la Paz hubiese sido una Dolorosa y no una imagen letífica, podría ser la de la Cofradía de la Inspiración. La capilla de dicha Soledad tenía retablo coronado por una pintura del Ecce Homo.
En la procesión de penitencia del Viernes Santo, que era de las de "sangre"
o de flagelantes, además de la imagen del Cristo Expirante, llevarían la de la
Virgen vestida de Soledad y la del San Nicolás de Tolentino, titular también de
la hermandad. Y, como era usual, irían en la procesión los frailes del convento
cantando salmos de la Pasión.
Muchas incógnitas, las plateadas en párrafos anteriores, difíciles, por no
decir imposibles de resolver en la actualidad. Lo cierto es, que la Hermandad de la
Santa Inspiración de Jesucristo, por los datos que tenemos, tuvo una vida de
escasa trayectoria, al menos como penitencial, pues no aparece ya en el informe
de la Universidad de Beneficiados de 1769, seguramente por haberse extinguido
en el siglo XVII.
Excavaciones del convento de San Agustín
|
Las imágenes sí se
conservarían en sus capillas, hasta que con la exclaustración de los frailes de 1836 y supresión del convento, pasaron (entre ellos el Cristo de San
Agustín) a otros templos y conventos. La iglesia de los agustinos calzados, en
estado de abandono hubo de ser demolida, así como, todas las edificaciones del
convento agustino, para convertir el lugar en una gran plaza, que comenzó a
realizarse en 1839, y, sobre ella, un mercado al aire libre. La plaza
desapareció en 1880 y en su lugar se levantó un mercado de ladrillo y hierro
que a perdurado hasta hace pocos años en que se construyó el actual.
La fuente monumental que
adornaba el centro del patio del claustro del convento, es la de los Gigantones
de la Plaza de Bibrambla. Primeramente, en 1820, se llevó para adornar el Paseo del
Salón, antes de ponerse allí el monumento a Isabel la Católica y Colón de Mariano
Benlliure, que después, en 1960, se trasladó a la nueva plaza de Isabel la Católica. En su lugar, en el Salón, está hoy está la moderna Fuente de las Granadas. En 1940
el alcalde Gallego y Burín trasladó la Fuente de los Gigantones a Bibrambla, dónde hoy la podemos
admirar.
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